La extinción de los juegos físicos de Mundo del Videojuego

Los juegos físicos, o al menos, el modelo que conocemos actualmente de juegos físicos con su cajita y su CD dentro, tiene los días contados y lo tienen desde hace ya muchos años. Con el inicio de Microsoft Store y PlayStation Store, las compañías han ido marcando un camino por el que íbamos dirigidos a que cada vez compremos menos en físico y sí más en digital por muchos motivos, como un aumento del beneficio por parte de las compañías interesadas, una reducción del coste de fabricación y el hecho de poder volver a vendernos el mismo producto una y otra vez con el paso del tiempo aprovechando su antigüedad.

En esta ocasión, en nuestra sección "Las opiniones" hemos querido enseñaros cómo funciona "grosso modo" el mercado del juego físico en España y cuáles son los objetivos por los que todas las compañías intentan que compremos cada vez menos en este formato.

¿Dónde se va el dinero del juego físico?

Empezando porque el producto digital tiene mucho más margen de beneficio eliminando intermediarios. En el mercado del videojuego existen tres intermediarios entre que el juego está finalizado de desarrollar y el momento en el que llegan a nuestras casas:

Distribuidora, es la compañía que tiene un acuerdo firmado con empresas desarrolladoras y las que publican los juegos para llevar estos de forma exclusiva a los distintos mercados. Esto quiere decir que sin distribuidora no habría una empresa que trajese los juegos a cualquier país, por lo que son necesarias para ello y se tienen que llevar un beneficio por esta operación.

Mayorista, es la empresa que se dedica a comprar productos a las distribuidoras para después venderlo en pequeñas cantidades a las tiendas y demás establecimientos. Generalmente son necesarios porque las distribuidoras solo trabajan con grandes cantidades de juegos y no venden en pequeñas cantidades (a lo que, dicho sea de paso, se le denomina "picking"). Si una tienda no compra muchas unidades de un juego porque vende menos de 20 tiene que trabajar con un mayorista.

Tienda, que es lo que todos conocemos y que se encargan de poner el producto en nuestra casa, consola, videojuego, merchandising o cualquier otro. Si la tienda es pequeña trabaja con mayorista, pero si hablamos de un Amazon, El Corte Inglés o Fnac trabajan directamente con las distribuidoras pero no exclusivamente. Hay que tener en cuenta que todos compran cantidades de los juegos a la distribuidora, y para poder servir la demanda del cliente a veces también compran a mayoristas si es necesario aunque pierdan margen de beneficio por ello.

¿Qué ocurre con el juego digital?

El juego digital no necesita ninguno de estos intermediarios, por lo que todo ese coste se lo puede ahorrar, pudiendo ganar mucho más dinero con la venta de los juegos, o lo que es más interesante, entre estos tres intermediarios se reparten más del 50% del precio de un juego, por lo que si lo eliminamos podríamos bajar el precio del juego digital muchísimo. Y, ¿por qué no se hace? Pues porque si las tiendas digitales bajasen el precio de los juegos sería competencia desleal con las tiendas físicas, así que venderían menos, y como esto no gusta a nadie se enfadarían y mucho. ¿Qué podrían hacer para contrarrestar esta bajada de ventas? Dejar de vender consolas puesto que son los únicos que lo hacen.

De esta forma, hay una ley no escrita por la que se comprometen a venderlo al mismo precio de lanzamiento tanto en físico como en digital, y mientras que en una vía ganan dineros varias empresas (y familias que trabajan en ellas, no nos olvidemos), por la otra son las propias Store (Microsoft, PlayStation, Steam...) las que ganan más dinero. Pero no queda aquí la cosa, ya que para aprovecharse de este mayor beneficio utilizan hacen muchas promociones con descuentos pasadas las primeras semanas del lanzamiento, utilizando cualquier excusa como el Black Friday, Mes del Jugón, fin de año, cuesta de enero, y tantas otras excusas que vemos cada mes en cada Store.

Game Pass y PlayStation Plus: Es digital y ni tan siquiera el juego es nuestro

Hay casos peores. Con el Game Pass (y el Xbox Live Gold) y con PlayStation Store las compañías están ganando muchísimo dinero por prestarnos los juegos (literalmente) por los que pagamos sin que sean nuestros, es decir, en el momento en el que dejamos de pagar la suscripción mensual, trimestral o anual, dejamos de tener acceso a ellos aunque llevemos 3 años pagando. Este método es muy bueno porque también resulta muy rentable para las compañías, ya que nos cobran estos servicios con los que obtienen una cantidad de dinero muy interesante para pagar a las desarrolladoras y publicadoras y, además, ganar dinero ellas mismas sin tan siquiera vender los juegos.

Lo más curioso de todo esto es que muchos usuarios están convencidos de que muchos de estos juegos o incluso todos son gratis, es decir, pagamos dinero pero aún así decimos cosas como han puesto el juego X en el Plus o en Game Pass gratis este mes..., por lo que las compañías siguen sacando dineros por prestarnos el juego, nosotros jugamos o no y finalmente dejamos de pagar para dejar de tenerlo. Al final no es sino otro mecanismo por el que pasamos por el aro, seguimos volviéndonos cada vez más digitales y ellos tienen el control sobre qué jugamos y cómo.

El futuro de los juegos físicos, muy negro

Al final lo único que nos queda son esas compañías que siguen lanzando juegos físicos en ediciones especiales o de coleccionistas en los que podemos disfrutar de figuritas, carcasas metálicas, mapas de tela, pines o vinilos mientras que, incluso en muchos casos, ni tan siquiera tenemos el juego físico y sí el digital (a veces ni eso). Obviamente, a día de hoy todavía en Nintendo Switch tiene sentido puesto que es la única consola existente en el que se puede jugar con lo que nos venden, ya que tanto en Stadia, como en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series o Gforce Now por nombrar algunas, los juegos deben o ser emitidos vía stream o deben ser instalados en nuestro disco duro y descargados para poder ejecutarlos, con lo que todas estas compañías siguen la misma estrategia para eliminar el soporte físico de los juegos pero muy poco a poco, casi sin que nos demos cuenta, e incluso se lo agradecemos pensando que los estamos engañando jugando mucho por muy poco dinero.

De seguir este camino, y que va a seguir irremediablemente, esta nueva generación de consolas con PS5 y Xbox Series no será sino otro clavo más en el ataúd de los juegos físicos, excepto en Nintendo con Switch que sigue prefiriendo tener el control total de sus consolas con soportes como las memorias SD o los cartuchos como en muchas de sus consolas clásicas. Ni que decir tiene que no es sino otra forma de cargarse el mercado de la venta de segunda mano en los videojuegos que tan rentable les resulta a muchas compañías, que es lo que Microsoft pretendió al inicio de su Xbox One y que le sirvió para que una buena parte de la comunidad de jugadores les diera la espalda y que ahora alaban como la mejor estrategia posible de juegos de una consola con el game pass.