Remedy es una de esas compañías pequeñitas que han sabido aliarse con algunos de los mejores publicadores y productores en la industria de los videojuegos. Rockstar o Microsoft son dos grandes ejemplos de esto, aunque ellos mismos han reconocido que no salieron demasiado contentos con la \'Gran X\' tras el desarrollo de Alan Wake y, sobre todo, Quantum Break, motivo por el que acabaron abandonando la compañía y llegando a un acuerdo con 505 para la publicación de su excelente Control. A pesar de ser una compañía muy pequeñita (no llega a los 150 trabajadores), son de esas que saben hacer bien las cosas, aunque a veces no les salgan como ellos tenían previsto y tarden más de la cuenta en lanzar sus juegos, como le pasó con el propio Alan Wake y los numerosísimos retrasos.
Su primer gran título fue, sin duda, Max Payne en 2001, que llegó primero a PC con la vitola de ofrecernos unas mecánicas de juego totalmente innovadoras y un acabado técnico brillante para los ordenadores de la época, y que personalmente recuerdo con no demasiado cariño por ser uno de esos juegos que requerían demasiado ordenador para correr de forma fluida. Aún así, y cuando pude disfrutarlo de pleno, me encontré con un juego muy divertido, técnicmente brillante como ya se presuponía, y con una historia muy bien desarrollada, aunque después se llevó al cine con muy poco acierto como suele ser habitual.
Es muy curioso este anuncio por varios motivos, especialmente si analizamos la historia más reciente de ambas compañías. Max Payne 1 y 2 fue desarrollado originalmente por Remedy, no así su tercera parte desarrollada internamente por estudios de la propia Rockstar. A pesar de ser un buen juego, este no tuvo el éxito de los dos primeros por muchos motivos, y porque además sus creadores originales siempre saben darle un toque artístico, técnico y a nivel de historia y narrativa muy curioso y original que nadie más sabe darle a los juegos, motivo por el que sin ser un mal juego, Max Payne 3 parecía otra cosa diferente, y quizás un shooter más random y genérico. No han querido seguir por ese camino, y tampoco han querido intentarlo con nuevas entregas, por lo que sean sus creadores originales quienes lleguen a un acuerdo con Rockstar para el desarrollo de este remake es una muy buena señal, especialmente después del fracaso de la trilogía de GTA, tres grandísimos juegos a los que tenían que haberle dado mucho más cariño, tanto en su desarrollo como en su promoción, y no haberlo abandonado a la suerte de una pequeña compañía sin casi experiencia en el desarrollo de grandes producciones, que hizo lo que pudo con el encargo.
Como siempre digo, el lanzamiento de un remake significa varias cosas, entre ellas, testear el mercado para ver el interés de nuevas entregas (véase Dead Space, por ejemplo) preparando assets, historia, personajes, y demás para estas continuaciones, además de ver si sus ventas son lo suficientemente rentables como para continuar con la saga.
¿Cuánto tiempo vamos a tener que esperar para poder verlo? Probablemente demasiado, ya que sus propios creadores afirman que el proyecto está en la etapa conceptual, es decir, rehacer todo el arte del juego (escenarios, personajes, armas, ropas, etc a nivel artístico), y una vez aprobados pasarlos a modelos 3D mientras que, en paralelo, se comienza con la preparación del engine y el desarrollo de las mecánicas de juego. Asumimos que, mínimo, tendremos que esperar hasta 2024 para poder tenerlo entre manos, con un más que probable principios de 2025 para poder jugarlo.