Como siempre decimos, un juego retro debe ofrecernos también algo que no hayamos visto hasta ahora, innovador, fresco y que nada más echarle un primer vistazo den ganas de echarle el guante. Justo eso es lo que nos ha pasado viendo KUNAI, un juego desarrollado por TurtleBlaze, un trío de desarrolladores afincados en los Países Bajos y que nos ofrece esta aventura en la que solo se puede sobrevivir haciendo parkour como un ninja y con unos reflejos de combate afilados como cuchillas.
Como también nos pasó hace muy poco con Celeste, en KUNAI el estilo artístico es muy importante y nos permite ver al protagonista, escenarios y enemigos con una enorme suavidad de movimientos que nos hace tener muchas ganas de poder probarlo de primera mano, para poder combatir como su protagonista, un guerrero que debe acabar con todo bicho y robot viviente de la mejor forma posible, convirtiéndolos en montones de chatarra mientras se columpian mediante cuerdas a través de abismos, corren por paredes hasta alturas elevadas y se dejan caer sobre objetivos confiados.
Sus propios creadores nos dicen que "la intensidad de KUNAI está, desde el principio, al 11 aumentando su ritmo y frenesí con cada brutal batalla, con cada nueva y letal pieza de equipo y con cada nuevo secreto oculto", lo que parece ser verdad viendo el vídeo que acompaña estas lineas y que también nos hace presagiar un juego difícil, en la linea de Super Meat Boy.
Los jugadores repartirán muerte en la piel de Tabby, el emotivo y potenciado por una tablet, héroe del juego quien porta en su interior el alma de una antiguo guerrero. Tabby se activa en el momento justo para encontrar a la humanidad al borde de la extinción gracias a una chapucera Inteligencia Artificial creada por un reconocido inventor, y pretende arreglar las cosas como lo haría cualquier híbrido entre guerrero y electrodoméstico: con mucha violencia. Recorrer el siempre creciente mundo de KUNAI con Tabby rajando a los malos es una constante sensación de gozo, y derrotar a los inmisericordes jefes finales de la tierra en intensos combates es inmensamente satisfactorio.