THQ Nordic sigue lanzando remasterizaciones de juegos ya aparecidos en generaciones de consolas anteriores, y ahora se atreve con el action-rpg originalmente creado por
38 Studios para PS3 y Xbox 360 y que ahora en septiembre de 2020 aparece también en PS4 y Xbox One además de PC. No estamos ante un grandioso juego de esos que marcan un antes y un después, y no por falta de ideas originales o por no contar con suficientes artistas de peso a sus espaldas. Precisamente, a la hora de jugar le vemos demasiadas similitudes con otros juegos de rol de la época, y que en pleno 2020 ya se han quedado quizás un poco desfasados incluso.
¿Qué es Kingdoms of Amalur: Reckoning?
Si tengo que definir a este Re-Reckoning, diría que se trata de un juego de rol de acción que mezcla muchos elementos de World of Warcraft con algunos elementos de juegos como Oblivion, quizás más del primero que del segundo, con el problema añadido de que
es un juego para un solo jugador y en el que pasaremos mucho tiempo viajando de un punto a otro a pie (los viajes rápidos hay que ir activándolos conforme llegamos a las nuevas zonas) y repitiendo muchas de estas misiones de farmeo y leveo tan tediosas en tantos RPGs a día de hoy en especial dentro de los MMORPG, por lo que imaginaros tener que hacerlas en solitario. A medida que vamos explorando el enorme Reino de Amalur iremos encontrando numerosos personajes con la admiración amarilla sobre sus cabezas con los que podremos hablar y que nos asignarán misiones, secundarias en su mayoría, y que tendremos que entregar al personaje con la interrogación amarilla. En ocasiones nos llevarán a nuevas zonas del mapeado siendo esta la forma de explorar e ir avanzando en la aventura, mientras que en otras nos llevan a zonas ya exploradas a hablar con otros personajes, conseguir objetos, acabar con enemigos y cosas por el estilo, es decir, básicamente el funcionamiento de cualquier MMORPG actual.
Historia
La historia, aunque pueda parecer demasiado típica, tiene su profundidad y vemos cómo va evolucionando de manera muy satisfactoria en las misiones principales, aunque estas sean un tanto repetitivas.
Nuestro personaje está muerto al inicio de la partida, y es arrojado a un montón de cadáveres y llevado a un lugar denominado el Pozo de las Almas donde se realizan experimentos para resucitar a los muertos extrayéndoles sus almas y volviendo a meterlas en sus cuerpos, aunque hasta ahora ninguno de estos experimentos ha tenido éxito excepto el nuestro. Justo después de resucitar nos vemos obligado a escapar de la zona que está siendo atacada por los Tuatha Deohn, una raza inmortal que intenta asolar el reino y acabar con el resto de razas mortales, y en nuestra huida conocemos a Fomorous Hugues, jefe del Pozo de las Almas quien nos recomiendan visitar a Agarth, el tejedor del destino, quien puede decirnos más de nosotros mismos y sobre nuestro destino.
Cuando lo encontramos nos dice que somos el único ser que existe que no parece tener un destino fijado, y nuestro cometido será averiguar más sobre el motivo y si debemos o no tenerlo. Se nota y mucho la mano de autores como
R.A. Salvatore en el guión, ya que cada uno de los personajes secundarios que encontramos posee su propia personalidad y motivaciones, y hasta incluso gusta ir conociéndolos poco a poco, saber lo que hay detrás de ellos y dónde nos van a dirigir. En todo momento da la sensación de estar leyendo un libro por la ambientación de los escenarios, los personajes y sus conversaciones, aunque el problema lo sufre el jugador realizando la parte más monótona como es entrar en una zona matar a todo bicho viviente y continuar hasta el siguiente punto.
Sistema de combate
El
sistema de combate también tiene parte de culpa de esto. Tenemos que dominar cuatro botones, en donde uno es para cubrirnos con el escudo, otro para realizar ataques con el arma principal, el siguiente para ataques con el arma secundaria y el cuarto para realizar esquives. Es bastante limitado por muchos motivos, ya que no hay ningún tipo de estrategia a la hora de enfrentarse contra la mayoría de los enemigos, y su comportamiento es en casi todos los casos muy predecible, por lo que aporrear botones suele ser en su mayor parte la mejor estrategia contra casi todos los enemigos. Tendremos muchos hechizos y habilidades, pero no suelen ser necesarios para casi ningún enfrentamiento dentro del juego.
Y es que, además, teniendo mecánica de MMORPG tiene incluso los problemas de eliminarle algunos elementos como el nivel de los enemigos encima de sus cabezas o si son o no difíciles con nuestro nivel actual, algo muy común en muchos juegos. El juego es muy lineal a pesar de tener un mundo muy grande por delante que no llega a ser abierto del todo, así que no hay demasiado problema. Aún así entraremos en ocasiones en zonas con enemigos más difíciles de la cuenta simplemente por no saber si estamos o no en el sitio adecuado.
Opinión del remaster
Una opinión de
José María Martínez GarcíaEn las versiones originales, Kingdoms of Amalur: Reckoning no es un mal juego en absoluto, y cuenta con momentos divertidos, una buena historia, un buen desarrollo, y sobre todo la promesa de que íbamos a encontrarnos con una trilogía que iría evolucionando en el tiempo para ofrecernos más sorpresas que sus creadores se tenían guardadas. Esta remasterización sale al mercado ocho años después, y aunque no ha envejecido demasiado mal, no nos da la sensación de tener un gran juego delante, quizás por el tiempo pasado y porque en su momento ya había muchos mejores juegos en el mercado, así que imaginaros ahora.
Un apartado técnico muy desfasado que recuerdan y mucho a World of Warcraft con todos esos escenarios abiertos, vacíos y coloristas que tenemos que recorrer a patita hasta llegar a cada uno de los puntos de los cientos de misiones a realizar demasiados similares entre ellas. La remasterización ni tan siquiera parece tal, y vemos en la versión de PC, con todo el detalle al máximo y máximo resolución unas texturas que podrían haberse mejorado y mucho para que pareciese un juego más actual, e incluso hacerlas algo más nítidas para que no pareciesen tan borrosas. A nivel sonoro tenemos una bonita banda sonora sin grandes alardes pero muy propia de estos tipos de juegos, así como voces para todos los personajes excelentemente actuadas aunque en inglés, igual que las originales, acompañadas por una traducción al español de todos los textos (algo es algo). Mención especial para la ambientación de los lugares cerrados, catacumbas, cuevas y demás templos, en los que da gusto perderse si encontrásemos retos en su interior y algo más que los típicos caminos rectos y enemigos fáciles a los que derrotar.
Kingdoms of Amalur: Reckoning no era un mal juego, ni tan siquiera ahora lo es, y
sinceramente me hubiese encantado ver una segunda y una tercera parte que estaban previstas desde el inicio (Amalur iba a ser una trilogía). Tiene mucho potencial, y estoy convencido que hubiese evolucionado mucho mejor en su segunda y tercera entrega, aunque se quedó a medio camino de ser un MMORPG en la primera parte al que añadirle el online o, al menos, el cooperativo. Recuerdo entrevistas a sus desarrolladores en las que le preguntaban que por qué un juego así no tenía coop, y decían que estaban preparando un MMORPG ambientado en el mismo mundo, por lo que si querías jugar coop debías jugar a ese otro juego el cual nunca fue anunciado de forma oficial. Con un mundo tan abierto y tan similar a WoW, le pega muchísimo el cooperativo, o al menos interacciones con otros jugadores. Si no, las mecánicas debían cambiar para hacerse más parecido a otros juegos en los que las misiones son más épicas, las historias más profundas o los escenarios no tan lineales.
Saliendo a bajo costo se le puede dar la oportunidad y disfrutar de sus muchas virtudes, aunque si eres un poco exigente o has jugado a muchos juegos del género quizás prefieras pasar de él.