Una de cal y una de arena en el anuncio de Sony de su Horizon: Call of the Mountain. Por un lado, llevamos años diciendo que el grave problema que tiene Sony con su VR es no tener juegos suficientes para atraer al gran público. Vuelvo a repetir que tiene juegos muy buenos, pero ninguno de ellos atrae a la gente como para gastarse la pasta en una consola, las gafas, y el juego, y lo que es peor, con unas experiencias en su mayoría similares a las de jugar sin VR, y encima que provocan mareos a muchísimos jugadores. Parece que Sony ha aprendido (un poquito) de sus errores, y por eso han querido anunciar un nuevo juego arreglando dos de los problemas de la generación anterior.
Por un lado, el breve vídeo muestra una calidad gráfica muy alta, similar a la vista en juegos como Forbidden West, que dicho sea de paso, utiliza una evolución del engine de Zero Dawn, y que también aparecerá en PS4, lo que indica que va a ser muy vistoso, sí, pero tampoco ninguna maravilla técnica si una PS4 puede con ella. Aún así, sería una auténtica maravilla poder recorrer un mundo como este con esta calidad gráfica, lo que debería ser más que suficiente como para emocionar a cualquier fan. Y, entonces: ¿Por qué no estoy emocionado?
El motivo es muy simple. Tantos años viendo teaser y anuncios de videojuegos como para saber que si una compañía no muestra nada del juego es porque no tiene nada, o como en este caso concreto, han anunciado una experiencia y no un juego, y el vídeo no muestra movimientos en absoluto del protagonista, es decir, el jugador, lo que empieza a oler y mucho a chamusquina. Para colmo, el vídeo nos muestra subidos en una barca con movimientos automáticos, lo que también nos hace pensar que vamos a tener la clase de juego con movimiento libre en cierto rango tan extendidos en Oculus, que son de esos que nos permiten movernos con libertad en nuestro salón para agacharnos, mirar por los lados y demás, pero sin movimientos reales del protagonista fuera de la barca (en este caso). No es que esos juegos sean malos en absoluto, pero se alejan y mucho de la experiencia de videojuego que, al menos en mi caso, demandaría para poder gastarme los 400 o 500 euros que pueden costar las nuevas gafas, sin contar con una PS5 que ya tengo.
Por ello, tengo que reconocer que no solo no me emociona para nada este anuncio aún siendo fan de Horizon, sino que tengo mucho recelo de que lo que me voy a encontrar no es lo que PSVR2 necesita para despegar como no lo ha hecho la primera generación de realidad virtual de Sony, a pesar de que la franquicia llamará la atención de muchos a lanzarse de cabeza. Yo, personalmente, quiero ver mucho más antes de pensar ni tan siquiera en comprarme algo que, dudo muchísimo, solvente los problemas de mareos de tantos juegos de VR, Oculus, HTC o cualquier otras gafas. La cosa sería muy diferente si me ofrecen una experiencia similar a Alyx: Half Life, sin duda el mejor juego de VR que existe, y por otro lado, el único que de verdad nos enseña lo que la VR debería ser.