Los que nos seguís desde hace tiempo sabéis que aunque nos encanta la realidad virtual, actualmente en el mercado hay juegos contados con los dedos de una mano con los que, de verdad, se puede disfrutar de la libertad que debería darnos, y que la mayoría de los juegos solo nos ofrecen un cambio a la hora de movernos y de mirar más allá de poder mover la cabeza para ver por las esquinas que, al menos para nosotros, resulta insuficiente para una nueva tecnología que en PS4 es cara (sigue siéndolo) y que en PC se convierte en prohibitiva por el alto coste del PC y periféricos necesarios.
Hace poco nombrábamos a un juego de 2020 de realidad virtual como uno de los mejores juegos del año. Half-Life: Alyx es el ejemplo perfecto de cómo creemos que deberían ser los juegos en realidad virtual, con libertad para poder crear nuestra propia forma de jugar y que sea el juego el que se adapte a nosotros y no al revés, y donde sus creadores se han esforzado para crear una experiencia inmersiva que nos haga sentirnos como parte de un universo vivo y rico en detalles.
Lo que tenemos entre manos con HITMAN 3 puede ir por el mismo camino. El juego en su versión para consolas y PC ofrece al jugador una enorme posibilidad creativa, permitiéndonos elegir cómo queremos abordar cada misión, infiltrándonos, acabando con los enemigos a saco, disfrazándonos para no levantar sospecha, utilizando los objetos del escenario como si de verdad estuviésemos allí, o con una combinación de cada uno de estos elementos en cada momento. Si a esto, además, le añadimos la opción de poder jugarlo íntegramente en VR tanto en PlayStation (4 o 5) como en PC, tenemos delante otro gran ejemplo de la libertad y poder de inmersión que creemos firmemente debería marcar el camino de la realidad virtual en los próximos años.
En el vídeo desvelado por la compañía vemos algunas de estas opciones. Poder tocar el hombro de un enemigo para que se gire y poder acabar con él con un arma o a base de puñetazos cuando nos busque y no nos encuentre, disfrazarnos y hacernos pasar por una modelo que debe desfilar y tener que hacerlo, poder empujar a los enemigos por barrancos o precipicios con nuestras propias manos... Un montón enorme de posibilidades añadidas a la ya enorme libertad que el propio juego ofrece sin las gafas y gadgets de realidad virtual.
Si todas las promesas se cumplen, estamos sin duda ante uno de los grandes juegos de VR y que cualquier aficionado con el equipo necesario debería disfrutar desde el día de lanzamiento.