Los hechos
Sony anuncia Ghost of Tsushima: Director's Cut, una versión completa del gran juego de PS4 de 2020 que sigue muy de cerca las mecánicas de juego de otro gran juego de Sony, Horizon: Zero Dawn, aunque con un sistema de combate muy diferente, una ambientación del Japón medieval, ninjas y samuráis, y un acabado técnico realmente espectacular. Esta versión es anunciada para PS4 y PS5, e incluye el juego completo, el DLC gratuito que apareció meses después de su lanzamiento, y un nuevo DLC que incluye más historia, más enemigos, más personajes, y más mecánicas de juego. Hasta ahí todo bien, y una buena noticia porque el juego es realmente bueno y queríamos seguir disfrutando de sus mecánicas, sus historias (especialmente las secundarias) y su acabado artístico y técnico.
Tampoco hay pega que se anuncie que puede ser adquirido conjuntamente con el DLC, o por separado exclusivamente el DLC para aquellos que tengan el juego original, ya que de esta forma se permite adquirir una parte a un precio más bajo. Se anuncia que la versión para PS5 viene con algunas optimizaciones en resolución y tasa de frames, así como algunos cambios menores en la optimización del uso del Dualsense y sincronización labial en los diálogos en japonés, ya que el juego permite ponerlo en diferentes idiomas incluyendo el español, pero siempre queda guay escucharlo en el idioma de origen de la historia.
Donde sí que hay pega es que para aquellos que quieran jugar a la versión de PS5 y ya tengan la versión para PS4, habrá que pagar 9,99 € por ella, es decir, si tienes Director's Cut en PS4 y quieres Director's Cut en PS5 (4K, 60 FPS, sincronización labial, cargas rápidas y optimización del Dualsense) hay que pasar por caja. En el anuncio de Sony todo esto está muy oculto, ya que a la hora de anunciar los precios dice que si tienes la versión de PS4 de Ghost of Tsushima y compras el Director's Cut para PS5, el precio es de 29,95 €, y si lo compras en PS4 son solo 19,95 €, todo ello sin el juego. Dicho así parece muy lógico, ya que estamos viendo que los juegos de PS4 y PS5 no tienen el mismo precio y salen entre 10 € y 20 € más caros, pero la realidad está en que la expansión cuesta 19,95 €, y la mejora de PS4 a PS5 son esos 10 € adicionales. Puedes tener el juego en PS4 y comprar el DLC de PS4 y jugar en PS5, y podrías sin problema gracias a la retrocompatibilidad, pero no tendrás las mejoras por las que hay que pagar.
La competencia
Microsoft no lo está haciendo todo bien, al igual que Sony tampoco. En pleno 2021, más de medio año después del lanzamiento de la nueva generación, PS5 y Xbox Series, en la consola de PlayStation podemos encontrar más de seis juegos exclusivos lanzados para PS5 que cuentan o no con una versión para PS4 y/o PC, pero que no se puede jugar en la competencia y de esos que nosotros llamamos "vendeconsolas", mientras que en Xbox no hay ninguno hasta la salida de Halo Infinite a finales de 2021. Aquí, Sony gana por goleada, pero parece que es en el único sitio donde se lleva de calle a la competencia aunque éste pueda ser uno de los elementos más importante a la hora de decidir qué consola comprar. Microsoft ha cometido muchos errores durante los últimos años, y poco a poco los está intentando subsanar con diversas acciones, como la compra de nuevas compañías para producir nuevos juegos exclusivos, un precio competitivo en sus servicios, el Game Pass, una consola menos potente y de bajo coste, o una consola ligeramente más potente con el mismo precio que la competencia.
Quizás uno de estos detalles en donde Microsoft sí que lo está haciendo bien desde el primer momento es el de la retrocompatibilidad con sus pasadas generaciones, que es de lo poquito que a día de hoy muchos usuarios tienen para echarse a la boca en las consolas de nueva generación de Microsoft, especialmente por no haber nada de renombre hasta dentro de unos meses. De hecho, la política de Microsoft hasta ha sido hasta bautizada (algo que gusta mucho a los de marketing, ponerle nombrecitos a todo), y esa política se llama Smart Delivery, que viene a significar actualizaciones gratuitas de una generación a otra en todos sus juegos (al menos, de momento). Compras algo en Xbox One, y cuando lo juegues en Xbox Series, y si tiene alguna mejora, no hay que pagar por ella. Además esta política está incluida en el Game Pass, por lo que todos los juegos de Xbox One que se están mejorando y están incluidos en este servicio también se pueden disfrutar ligeramente mejor en Xbox Series sin coste adicional.
La reflexión: No mola nada, Sony
Desde el primer momento, en Sony no se ha creído en la retrocompatibilidad, y es algo en lo que muchos otros usuarios tampoco. Si tienes una consola de una generación pasada, ¿para qué quieres jugar a estos juegos en la nueva? ¿Simplemente para quitarla del mueble? Es como haber comprado una cosa que quitas porque ya no vale, pero que sí que quieres seguir usando aunque sea en diferido. Evidentemente si no la has tenido es un punto muy a favor, y poder disfrutar de juegos del catálogo anterior siempre que puedas seguir comprándolos, de segunda mano en físico, nuevos aunque cueste mucho más trabajo de conseguir, o en el bazar digital de la consola si es que no lo quitan. También puedes vender la consola y seguir jugando a tus juegos, pero claro aquí entra el mercado de la segunda mano que tan poco gusta a las compañías, no solo a Sony, también a Microsoft como se demostró en el lanzamiento de Xbox One en el que querían intentar cobrarnos más de una vez por el mismo juego.
Sony dio su brazo a torcer un poco por la presión mediática, no tanto la de los usuarios que también, sino la de la prensa especializada y streamers que, en su gran mayoría, también son fans acérrimos. Esta presión hizo que se tuviese en cuenta la retrocompatibilidad en PS5 con la generación anterior y no con el resto, y mató de paso una gallina de los huevos de oro de las remasterizaciones, un negocio muy lucrativo como habíamos visto en juegos como The Last of Us Remastered por ejemplo, que vendió varios millones de unidades siendo el mismo juego con algo más de resolución en PS4 que en PS3, y un año después de su lanzamiento original. Éste es un gran ejemplo, porque en lugar de "remastered" se podía haber llamado Director's Cut, al ser el mismo juego, con un DLC incluido, y un aumento de resolución (de 720p a 1080p) y en tasa de frames (de 30 FPS a 60 FPS). ¿Suena de algo? ¡Ah, sí! y a Full price.
Parece como si la política de Sony hubiese sido acallar un poco a la gente con el tema de la retrocompatibilidad y seguir los pasos de Microsoft durante los primeros meses de vida de PS5 para, unos meses después, empezar con las nuevas remasterizaciones que van a ser, básicamente, aumentos de resolución y tasa de frames por las que nos quieren volver a cobrar, eso sí, añadiéndole algún elemento adicional para disimular un poco. Se están escuchando rumores durante los últimos meses sobre "remakes" de juegos como Bloodborne o The Last of Us original, y ninguno de los dos juegos merece este tratamiento tan pronto en el tiempo. Son dos grandísimos juegos con una calidad técnica excepcional incluso en pleno 2021. ¿Por qué no esperar varios años más a que el hype y la nostalgia los vuelvan más apetecibles? Simplemente, porque así sacan más tajada y es más fácil de realizar porque solo hace falta una compañía que sepa hacer gráficos bonitos, porque todo lo demás está hecho (ejemplo: Demon's Souls en PS5).
El problema lo vamos a tener si esta política sigue su curso. Si Sony ve que esto de cobrarnos 10 € por subir la resolución y los frames (que nadie se olvide de la sincronización labial, un antes y un después en el mundo de los videojuegos, aunque solo sea en japonés), seremos los propios usuarios quienes hemos cogido una cuerda, le hemos hecho un hermoso lazo al extremo, la hemos subido a algún lugar elevado, nos hemos subido a una silla, y hemos metido nuestro precioso cuello para que la compañía de turno solo tenga que acercarse y darle una ligera patadita bajo nuestros pies. Lo peor de todo es que parece que nos estemos metiendo con el juego de Sucker Punch, y que es una auténtica pasada y del que, efectivamente, tenemos ganas locas de jugar a su DLC. El problema no está ahí y nunca lo estará.
La forma de solucionarlo es complicada, porque las quejas no servirán de mucho. Simplemente, que los usuarios de PS5 acaben comprando la actualización de PS4 (19,95 €) y jugando a ella sin pasar por caja y no disfrutar de la tan ansiada sincronización labial en japonés, que al parecer debe ser una cosa del otro mundo como para cobrar 10 €. Lo más interesante es que, muy probablemente, el trabajo realizado por parte de Sucker Punch para estas mejoras en PS5 sí que merezcan estos 10 €, porque hablamos de un trabajo técnico bastante elevado, que merece una nueva captura de movimientos labial o la reprogramación de todas las escenas cinemáticas del juego, o bien de la creación de un sistema que use las palabras dichas por cada protagonista y adapte la posición de los labios según vocales y consonantes, algo que muchos engines técnicos tienen ya implementados pero para el que hace falta echarle horas de trabajo.
Sin embargo, la sensación del usuario es que si no nos cobran nunca por esto, cuando lo hacen es como una estafa en toda regla, como ir a que te cambien las ruedas del coche y te cobren solo tres de las cuatro, y cuando vas a otro taller y te cobran todas es como... ¿Por qué si nunca lo han hecho? Esa rueda cuesta dinero, pero las promociones de otros talleres nos hacen sentir que no cuesta, nunca ha costado, es lo más lógico, y no voy a pagar por ello. Al final, cuando ves algo así solo puedes ir a buscar otro taller donde tengan esas promociones, y que ni tan siquiera consideras como promoción u oferta, sino como algo lógico que se ha convertido en norma aunque no lo sea. El usuario siempre es el que tiene la última palabra, y somos los fans los que tenemos que imponer lo que creemos lógico y lo que no. Sony ha subido el precio de los juegos en esta nueva generación y hemos acatado, por lo que somos los usuarios quienes lo hemos convertido en norma. Cuesta más trabajo hacer un juego más bonito, eso sin duda, pero hoy en día el negocio ha variado tanto que es más fácil sacar dinero por varios sitios de un mismo juego que antes (PlayStation Plus es la llave de la rentabilidad en estos casos).
