El año 842 marcaría el principio del fin.
El Imperio de Milites invadió el Dominio de Rubrum en un acto de agresión no provocada. Los cielos se cubrieron de acorazados imperiales que atacaron por sorpresa en el nombre del Tigre de Argén. De entre las cenizas del territorio asediado resurgió el Fénix de Gules para oponer resistencia, amparado por un cristal que permite a su pueblo dominar las artes mágicas y la invocación de eidolones, un poder que podría posibilitar la expulsión de su adversario tecnológicamente más avanzado.
Sin embargo, justo cuando el éxito parecía estar asegurado, todo cambió. En medio del fragor de la guerra, el destino del mundo y de sus cuatro cristales se encuentra ahora en manos de catorce valientes jóvenes.