DIFICULTAD de Final Fantasy Type-0

Una de las ideas conocidas de antemano sobre Final Fantasy Type-0 antes de su reconversión a HD era la de que se trataba de un juego particularmente difícil. Por este motivo su complejidad ha sido reducida para su traslado a la nueva generación de consolas y se nos permite escoger al principio uno de entre cuatro niveles de dificultad, aunque tenemos la posibilidad de modificar dichos niveles dentro del transcurso del juego mientras no estemos inmersos en una misión. Para ello, contamos con las terminales de guardado, en las que también se puede guardar nuestro avance y se refleja el estado de nuestros personajes.



La experiencia de juego en Final Fantasy Type-0 HD a pesar de todo, y aun escogiendo un nivel de dificultad medio, es innegablemente difícil. A diferencia de otras entregas de Final Fantasy en las que nos acostumbramos a un prólogo introductorio y unos tutoriales largos y crecientes en dificultad, en este juego, justo antes de acabar el primer capítulo, nos damos de bruces con un primer jefe final que es sorprendentemente complicado. No solo debemos enfrentarnos a él con dos nuevos personajes con cuyo manejo no estábamos familiarizados, sino que, además, las habilidades de ataque que hemos estado ejercitando en la experiencia previa no resultan tan productivas como una buena evasión y mucha paciencia.

En definitiva, la historia Final Fantasy Type-0 HD nos introduce de manera muy lograda en un universo de una carga oscura y bélica considerable, algo que se complementa con un sistema de batalla que apenas nos da un momento de respiro ni ninguna facilidad por parte de los jefes finales. Al fin y al cabo, en el mundo de Orience estamos en guerra desde el primer instante.