Nos hemos metido hasta la saciedad con la realidad virtual. Hemos dicho que está muy verde, y que tiene mucho futuro pero nada de presente, y esto es simplemente porque no hay muchos juegos como Farpoint. En realidad, cuando hemos podido probarlo nos ha gustado la experiencia a pesar de que técnicamente no sea nada del otro mundo (escenarios vacíos y muy planos), pero la jugabilidad es muy buena y realmente inmersiva. El problema, repetimos, de la VR es que no hay muchos juegos que nos permitan tanto grado de libertad como éste.
Si además de poder mirar en cualquier dirección, podemos movernos en cualquier dirección y tener un arma que simula un arma real, la experiencia (ahora sí) es más inmersiva, y la potencia de hardware llegará más tarde.
Nos han llegado a decir que nos centramos en la parte técnica cuando nos metemos con la realidad virtual, pero es todo lo contrario; a nosotros nos encantaría ver gráficos de PS4 en PS VR (y no es así para nada), pero lo que más nos gustaría es jugar a algo, movernos tanto con el cuerpo como dentro del juego, y no simplemente apuntar y disparar en un clásico tiro al plato. Repetimos que Farpoint es el camino a seguir, a pesar de no ser el juego perfecto.
Nosotros tuvimos la oportunidad de probar Farpoint en dos ocasiones en sendas ferias de videojuegos, y aunque no es el juego ideal es una buena piedra de toque de lo que deberían ser los juegos de VR. Decimos que no se el juego ideal porque también muestra las carencias de un periférico al que le falta potencia (más bien consola con periférico), con unos escenarios muy vacíos y planos.
Aún así, está claro que es una experiencia muy gratificante poder mirar el arma que llevas en la mano (de plástico) y ver en el juego un arma de verdad, o ver esos grandes enemigos que te atacan o que puedes apuntar donde quieres y el arma responde muy bien, pero principalmente que puedes moverte con total libertad donde y como quieras, que es algo que los juegos de VR carecen en su mayoría a día de hoy.
Esta tecnología lleva poco tiempo entre nosotros y empezamos a estar cansados de experiencias que no aportan nada, de estar de pies solo apuntando y disparando en un clásico tiro al plato, pero con robots, monstruos, goblins, marcianos y cualquier otra criatura que a los desarrolladores se les ocurra. Esto, sin ser perfecto, ya es otra cosa que se empieza a acercar.
Los que nos seguís desde hace algún tiempo seréis capaces de contestar esta pregunta sin leer nuestra opinión al respecto. Ya os hemos contado que para poder disfrutar de una auténtica experiencia de realidad virtual hace falta a día de uno ordenador de muy altas prestaciones (alrededor de los 1000%u20AC cuando escribimos estas lineas) y un equipo de VR que también ronda ese mismo precio (haciendo un total de unos 2000%u20AC el pack). Lo que Sony ha pretendido es vendernos una experiencia a medias con algunas cosas interesantes en forma de juegos o experiencias (como el Batman VR), pero donde la potencia de su consola actual PS4 (e incluso de la PS4 Pro, la cual es ligeramente más potente pero para la que casi ninguna compañía desarrollará en exclusiva para no dejar a un gran público que ya tiene el modelo actual sin posibilidades de jugar...) se queda muy lejos de ofrecernos algo realmente bueno.
Si os fijáis en casi todos los juegos de VR par PlayStation veréis que ninguno presenta movimientos (cámaras estáticas, entornos totalmente cerrados con muchísima niebla, o el caso de FarPoint casi sin texturas a nuestro alrededor). Todo esto es debido a que PS4 no es lo potente que se necesita para ofrecer un juego con grandes gráficos, que sería una de las cosas más importantes a la hora de sentirnos inmersos en un mundo realista. Algunos pensaréis que la experiencia lo merece aunque no tenga grandes gráficos. El problema viene cuando lleváis jugados unos minutos, y os olvidéis por completo de que estáis dentro de un mundo 3D, como nos ha pasado a nosotros en todos los juegos que hemos probado, ya que la experiencia tras los primeros minutos es lo más parecida a jugar pegados a una gran pantalla de TV normal.
Obviamente, la estrategia de Sony ha sido ofrecer al gran público una apuesta en VR relativamente barata, y ser los primeros en llevar a muchas casa esta \'nueva fórmula\' de juego, aunque otro problema viene dado porque tampoco es cierto, ya que las gafas cuestan 400 euros, la cámara cuesta otros 100 euros y los Move cuesta unos 50 euros, así que estamos en una broma de más de 500 euros con el primer juego (sin contar la consola, claro está que serían otros 300 euros mínimo).
Para todos aquellos que estéis pensando en compraros una, os diríamos que la probáseis durante unos buenos minutos con algún juego y que después decidáis para no llevaros a engaño. Puede que os guste muchísimo y que os de igual el precio o la calidad gráfica, aunque no sabemos muy bien si habrá mucha gente que siga pensando así tras la compra fuera de los típicos \'sonyers\'.