Nosotros ya hemos tenido la posibilidad de probar lo que la nueva entrega de la saga de Ubisoft tiene que ofrecer, y podemos decir que nos gusta lo que tendremos. Una experiencia muy similar a la cuarta entrega, un modo cooperativo para dos jugadores que nos permite entrar y salir cuando queramos y ayudar a un amigo o hacerlo completo el juego con él, y una historia que para esta ocasión será más importante que en entregas anteriores, y que además no está exenta de polémica.
A mi personalmente me encantan este tipo de polémicas, y pienso que son algo que tanto el cine como los videojuegos deben abordar para remover conciencias y hacer pensar (si es que eso es posible) a muchos que no están demasiado acostumbrado a ellos. Esto es un videojuego, y puede que a muchos les afecte el tema religioso, sobre todo en Estados Unidos donde hay miles de sectas que podrían perfectamente verse reflejadas de alguna forma y saldrán a la palestra argumentando que ellos no son violentos y que se les está dando muy mala imagen.
La verdad suele ser que el que se pica...
Ubisoft se ha convertido en una compañía en la que no muchos jugadores se fían cuando enseñan vídeos e imágenes de sus juegos. ¿El motivo? El downgrade o bajada de calidad gráfica que muchas veces hemos visto en sus juegos. En la mayoría de los casos, no son grandes bajadas y se limitan a pequeños detalles de iluminación o detalles en el fondo, aunque sí es cierto que hemos visto algunos casos flagrantes de bajadas espeluznantes en los que la diferencia técnica es más que notable (tantos ejemplos).
Parece que en los últimos meses, sus responsables han aprendido la lección y han escuchado las críticas negativas de la comunidad, es decir, la prensa y sobretodo de los jugadores quienes al final acaban pagando por sus juegos. Esto no es una técnica exclusiva de la propia Ubisoft, sino que otras muchas compañías también hacen lo mismo con el objetivo de crear el hype entre los jugadores quienes acaban reservando los juegos antes incluso de poder ver demos o versiones finales.
Podemos ver que con la saga Far Cry nunca lo han hecho, y con Far Cry 5 tampoco desde que lo vimos por primera vez en el E3 2017. Es normal también, ya que el engine de Far Cry Primal era espectacular y el resultado en pantalla no necesita una mejora para hacer que los jugadores queramos jugar a esta entrega.
¿Quiere decir con esto que han aprendido la lección? Nos gustaría pensar que sí, y que han escuchado de verdad a la comunidad, aunque es fácil decir esto cuando sus engines están más que depurados. Hay que esperar a sus próximos juegos para la próxima generación, que es cuando de verdad se ven este tipo de cosas.
La primera imagen mostrada del juego nos puede dar mucha información, sobre todo de la ambientación que tendrá el juego y que dejará de lado el Salvaje Oeste, como muchos rumores decían. Y decimos que nos gusta que comience con polémica por varios motivos, y es que la representación de La Última Cena ya de por sí puede levantar algunas ampollas en algunos, pero también porque parece que algún tipo de secta será el núcleo central de su desarrollo.
No es que esto sea nada nuevo, ya que los que habéis jugado a algunos de los anteriores sabréis que la religión o las drogas son algunos de los puntos comunes de las últimas entregas, y este Far Cry 5 parece que no será distinto. También en el cartel vemos algunos otros de los elementos clásicos de la saga, como son los animales (a la derecha de la mesa), el control de los vehículos (los aviones de la parte superior), o la enorme cantidad de armas a nuestra disposición (incluyendo el arco y las flechas, como vemos en la parte inferior).
Obviamente, hay dos elementos que llaman la atención en la imagen especialmente, como son el penitente arrodillado en la parte izquierda (con la palabra pecador marcada en su espalda), y una pequeña iglesia en la parte trasera izquierda, lo que nos hace pensar en algún tipo de secta, culto o simplemente a algún grupo de fanáticos religiosos. Aunque todo esto sea muy común en los juegos, mostrarlo así en un primer vistazo puede hacer que, como decimos, muchos comiencen a rasgarse las vestiduras y clamar que este tipo de juegos los crea el demonio y cosas por el estilo. Lo que no saben es que este tipo de cosas, a los que jugamos a videojuegos, ya han acabado por divertirnos, y si no ocurren hasta las echamos de menos.