Un poco de historia
El Romance de los Tres Reinos ha sido el motivo argumental sobre el que se han basado centenares de expresiones artísticas, desde la literaria hasta la cinematográfica, pasando por la pictórica o incluso la musical... Y, por supuesto, los videojuegos. La genial novela histórica del siglo II después de Cristo ha servido para dar vida a más de media docena de capítulos de la saga Shin Sangokumusou, desde PS1 hasta esta generación.
Al igual que la gran mayoría de los juegos de la saga, Dynasty Warriors StrikeForce tiene una estructura de capítulos principales fija, siguiendo los puntos más importantes de la Leyenda de los 3 Reinos: acabar con la Rebelión de los Turbantes Amarillos, acabar con las fuerzas de Dong Zhuo, terminar con los Señores de la Guerra (como Liu Biao), acabar con uno de los 2 Reinos enemigos y, finalmente, acabar con nuestro Reino Final.
Más allá de la fantástica puesta en escena y de los poderes únicos de los héroes (que pueden incluso transformarse) la historia está adaptada para hacer más intenso el videojuego, y no para que sea real al relato original; así, personajes que mueren durante la guerra están vivos hasta el final, hay importantes contradicciones en algunos combates...
Vamos a luchar: 5 claves para la victoria
Tras las primeras horas de juego - casi idéntica en cualquier bando - hemos querido destacaros los 5 puntos más fuertes en el desarrollo de Strikeforce, junto con su punto menos inspirado.
- El uso de dos armas simultáneas (una principal y otra secundaria) abren las puertas de la estrategia. Así, nuestros héroes pueden llevar un arma a distancia (por ejemplo, un arco) o de rango largo (un látigo, una lanza) con otra más rápida como una espada, garras o dos hojas gemelas. Cada una tiene su utilidad concreta en determinados retos, y mientras hay enemigos muy resistentes a un tipo (por ejemplo, los cañones y guerreros acorazados resisten bien las fechas) otros son especialmente vulnerables a ese tipo (por ejemplo, los magos). Saber jugar con dos armas complementarias es clave para la victoria.
- Las transformaciones afectan claramente a la jugabilidad, y a nuestra estrategia. Cuando liberamos su poder, nuestros héroes se hacen temporalmente mucho más poderosos, multiplicando su poder, resistencia y efectividad de los ataques. Tenemos que saber cúando liberar este poder - por ejemplo, antes del combate contra un enemigo final - y cómo mantenerlo el mayor tiempo posible.
- Se multiplican las diferencias entre los distintos personajes protagonistas. No hablamos de diferencias meramente estéticas - que también las hay -, si no de habilidades concretas de cada uno: velocidad, fuerza, resistencia, capacidad de salto, de planeo, golpes especiales... Hay estupendos luchadores a distancia, otros hechos para el combate cuerpo a cuerpo y otros héroes intermedios. Por supuesto, al transformarse estas diferencias también existen.
- El juego cuenta con un desarrollo más rolero. Partimos de una aldea donde podemos encontrar todo tipo de mejoras para nuestro personaje, desde nuevas armas a mejoras de ya existentes, pasando por la opción de incluir orbes (añaden efectos a nuestros ataques), mejorar su Chi (aprender nuevos movimientos) o cambiar su inventario. A las pocas misiones podremos hacernos con guardaespaldas que nos ayuden en el desarrollo de cada etapa o incluso intercambiar a nuestro héroe por otros del mismo reino, no estando nuestro avance limitado a jugar siempre con el mismo personaje.
- Más allá de los objetivos del modo historia se incluirán retos específicos adicionales para cada escenario (como conseguir un número de combos, no perder más de un porcentaje de vida, completar el reto en un tiempo...), que disparan la rejugabilidad de StrikeForce.
El único pero que hemos encontrado en nuestras primeras horas de juego viene con el apartado técnico, que sin ser negativo - en ningún momento - tampoco está a la altura de la anterior entrega de la saga, y es que pese a sus virtudes Dynasty Warriors StrikeForce no consigue esconder que viene de PSP: demasiados enemigos clónicos, escenarios un tanto rústicos y vacíos y una cámara un poco juguetona lo delatan, pese al lavado de cara de Koei.
Nos quedamos esperando a poder probar una de las grandes virtudes de Strikeforce, su modo cooperativo online, todavía no disponible en la beta que tenemos. En cuanto nos hagamos con una versión más avanzada os contaremos nuestras impresiones.