Al mismo tiempo que damos caña a las compañías cuando hacen las cosas mal, en esta ocasión tenemos que decir que Square Enix lo ha hecho bien con Dragon Quest Heroes II. No es muy normal regalar contenido que se nos cobre en otras ocasiones, y aunque éste no es especialmente destacable (no son grandes misiones o mapas nuevos), sí que merece la pena destacarlo porque en algunos otros juegos también nos los cobran como oro en paño.
Nosotros suponemos que esta estrategia responde al interés de la compañía nipona porque la franquicia Dragon Quest se extienda todo lo posible en todo el mundo, y se haga tan popular como Final Fantasy en todos los mercados (los occidentales sobre todo, ya que en Japón es la franquicia más popular). De esta forma, este juego de acción sería la gran puerta de entrada de su gran juego para 2017, Dragon Quest XI, por el que obviamente tienen puesto muchísimo más interés que en Heroes 2 (el desembolso económico es muy superior en todos los sentidos, desarrollo, marketing, esfuerzo del personal...)
De todas formas, y como ya hemos dicho, kudos para Square Enix y esperemos que esta filosofía se extienda en otros muchos juegos y compañías.
Dragon Quest Heroes me pareció una apuesta muy interesante, y está claro que se pueden hacer cosas diferentes y brillantes con la saga (todavía recuerdo la genial Aventura del Limo para DS), pero también hay que trabajar duro en Dragon Quest XI, y mostrarnos como evoluciona. No podemos olvidarnos de las raíces roleras de la saga para apostar solo por juegos de aventura, captura de monstruos o hack\'n slash
Uno empieza a pensar qué papel le está dejando Sony a PS Vita. Abandonada completamente de cualquier desarrollo de peso por parte de la propia compañía, subsistiendo con desarrollos \'third party\' en su mayoría multiplataformas (o juegos \'de nicho\' japoneses), y cuando cabe la opción de incorporar alguna función extra (pantalla táctil, algún modo especial...) no se aprovecha. PS3 ha cumplido su ciclo vital de sobra, pero Vita va camino de convertirse en el peor fracaso de Sony