En los próximos días, el mercado va a recibir uno de los juegos más esperados de 2021, como es la remasterización de Diablo II, Resurrected. El original es considerado como uno de los juegos multijugador más grandes que existen, especialmente por su componente multijugador (cooperativo), y tras haber probado la beta hace unos días se puede decir que esta remasterización es muy fiel, pero con un acabado técnico mejorado, y un buen puñado de opciones de configuración para decidir qué y cómo jugar, si al estilo original, un estilo adaptado a los tiempos que corren, o un estilo Lord of Destruction (su expansión). Sin embargo, ahora mismo hay muchos usuarios que se encuentran entre una gran encrucijada, y todo esto es debido a agentes externos que poco o nada tienen que ver con el propio juego.
Blizzard es una compañía con mucha solera, una de esas que todos mirábamos con enorme admiración porque todo lo que hacía se convertía en oro, y todos sus juegos eran grandes joyas que todos queríamos jugar. Diablo, World of Warcraft, Overwatch o Hearthstone son algunos de los ejemplos que se pueden nombrar, y que cualquier otra compañía desearía tener bajo su propio sello por ser grandes éxitos y estar predominantemente en las listas de los más jugados y vendidos. Sin embargo, en los últimos meses de 2021, Blizzard se ha convertido en una de esas compañías que muchos han acabado odiando, no por ese efecto de gamer rage que tanto se ve en Internet, con jugadores enfadados por todo y que solo hacen echar mierdas a la compañía de la competencia de sus consolas. En 2021, Blizzard ha recibido varias demandas por acoso a numerosos de sus trabajadores, que la han hecho estar en el ojo del huracán y no por el lanzamiento o la calidad de sus juegos. Aún no hay sentencia firme, pero que la propia compañía se haya encargado de silenciar todo lo posible esta situación nos deja bastante claro que algo de culpa sí que deben tener, aunque como debería pasar siempre hasta que no haya un juicio y una sentencia no deberíamos juzgar a nadie.
Por otro lado está el crunch a sus trabajadores, término acuñado en la industria del videojuego en los últimos años y que significa literalmente crujir, y que viene a representar el estado de los trabajadores de algunas compañías obligados a echar muchas horas extras, incluso sin dormir durante días, para cumplir con los deadlines o fechas de entrega para que sus juegos estén listos para su lanzamiento, algo que durante los últimos años parecía evidente que muchas compañías hacían, e incluso algunas de jactaban de ello, y que también supone otro tipo de acoso a ciertas personas que pueden verse afectadas física y sicológicamente de por vida. En ambos tipos de acoso se ha visto envueltos Blizzard, situación que sirve para que muchos se planteen el dejar de comprar y/o jugar sus próximos juegos, entre ellos este Diablo II: Resurrected. Incluso el creador original de Diablo II, David Brevik, que no ha estado involucrado en este proyecto, ha declarado que no comprará esta remasterización para no apoyar esta situación de acoso y violación a algunas de sus empleadas por un lado, y el crunch que sus propios ex-compañeros han sufrido por otro.
Y ahora, los jugadores estamos en el otro extremo, y vemos que queremos jugar al juego porque estamos convencidos de que va a ser bueno. Muchos ya han dicho que no lo van a hacer, y además están instando a que nadie lo haga, para así mostrar su desacuerdo con esta política empresarial que debería estar obsoleta (la del crunch) y, de ser ciertas la información de acoso y violación, que estos personajes deberían estar en la carcel de por vida. Sin embargo, las preguntas que caben plantearse van un poco más allá, al menos por parte de la comunidad de los videojuegos. Si decimos que debemos penalizar a la empresa, ¿significa esto que todos los trabajadores de la compaía son culpables de realizar este tipo de acoso? Sabemos que han sido unos pocos, pero penilizarla sería poner el foco en todos, incluyendo a aquellos que no han matado a una mosca en su vida. ¿No habría que esperar a que haya una sentencia firme para poder condenar a estos trabajadores, por pocos que sean? Si no apoyamos el juego comprándolo, ¿significa que estamos dejando de lado a todos estos trabajadores que han recibido el crunch, o lo que incluso podría ser peor, diciéndoles a las claras que todo ese esfuerzo no ha valido para nada?
A nivel personal, me encuentro en una situación en la que también he tenido que echar muchas horas extras que nunca se me han pagado, como tantos otros en todo el mundo y en cualquier tipo de empleo, y a pesar de no ser una situación agradable, sí que llega a ser satisfactoria si, al final, se cumple con el objetivo y sale el proyecto adelante, más allá de que tu propio jefe te diga eso de \'bien hecho\', y te de un par de palmaditas en la espalda, cosa que sabemos que no sirve para nada. No hay que olvidar, además, que Blizzard es una compañía gigante con numerosos equipos de desarrollo, y que actualmente se encuentra desarrollando muchos proyectos, como Overwatch II (o, si se cancela definitivamente, todo lo que están haciendo para el primero), Diablo IV, Diablo Inmortal (para móviles), o todo lo que están haciendo para el universo de WoW, y penalizar a todos estos trabajadores por culpa del comportamiento de unos pocos quizás también debería ser reprobable. Lo del acoso y la violación ya es otro cantar, pero también soy de la firme opinión de la presunción de inocencia, y de que hasta que alguien no sea condenado no se puede echar culpas a nadie. La compañía ha despedido a algunos de los imputados, lo cual dice mucho, pero también ha podido hacerlo para intentar alejar el foco hasta el juicio y su sentencia.
Pero, entonces, ¿qué deberíamos hacer los jugadores? Es una complicada situación que muchos tienen muy claros en ambos bandos. Cada nuevo vídeo tiene cientos de miles de visualizaciones y decenas de miles de \'Me gusta\', signo inequívoco de que apoyan al juego, pero también hay decenas de foros y comentarios de personas en todo el mundo haciendo justo lo contrario. Mi opinión personal es que aquí deberían primar los principios y la moral de cada uno, mostrando lo que somos como personas y lo que nos importan las demás. Ninguna de estas dos situaciones deberían permitirse bajo ningún concepto, especialmente cuando va en contra de lo que los que se han visto involucrados querían o deseaban. Si alguien en su sano juicio quiere trabajar 24 horas al día está en su pleno derecho, pero no puede obligar a nadie que no quiera a hacerlo por cumplir una pauta y que sus jefes ganen más dinero, y de ahí viene el crunch. El acoso y la violación es otro cantar, y el simple hecho de que no haya sido una sola persona quienes han denunciado también nos pone en el camino de que esta es, más que probable, la verdad aunque a día de hoy aún no haya aún juicio. Como digo, una situación más que complicada en la que cualquiera de los dos bandos podría estar en lo cierto, desde apoyar el juego para apoyar a los que han sufrido, hasta no apoyarlo para jorobar a los culpables.
Blizzard parece que ha dado un poco su brazo a torcer, y ha intentado hacer ciertos cambios, lo que es buena señal, pero tampoco parece que se haya plantado y haya decidido firmemente en hacer algo, por lo que mucho me temo que seguirán con una política similar. En nuestra opinión, y al menos en este caso, nosotros no apoyeremos el juego a pesar de tener muchas ganas, y esperaremos a ver los siguientes pasos de la compañía y si de una vez por todas intenta poner soluciones que suenen más sinceras.