1. Toneladas de sentido del humor... muy adulto
Al igual que ocurre con la película, Deadpool (Masacre) no es un juego para tomarse muy en serio. No hay un personaje enormemente complejo, no hay grandes viajes interiores ni complicadas metáforas... Hay tiros. Acción a raudales. Más tiros.
Saja-Raja con katanas. Tiroteos imposibles con animaciones chulescas. Explosiones que se quedan atrás mientras avanzamos hacia cámara... ¿Y hemos mencionado tiros? Y, sin embargo
todo se lleva de una forma muy divertida: insultos a los villanos, locuras de nuestra
voz interior, ridiculizar a otros héroes (y supervillanos), guiños constantes a la cultura
pop. Eso es el espíritu
Deadpool.
Uno de los mejores ejemplos del humor del juego es
cómo despertamos a Lobezno a bofetadas tras un accidente; hay decenas de frases cómicas - y muy ácidas - para hacerlo volver en sí mismo. Los comentarios hacia los enemigos, las descripciones, la forma en las que ve a las chicas... Si no sonríes cada pocos minutos, es que tienes algo
muerto por dentro.
2. Violencia extrema
Wade Wilson (Masacre) no es el típico héroe al que le importe mancharse de sangre... Es más, dice que su uniforme es rojo para esconder las manchas (suyas o propias). No hablamos de
neutralizar a los malos, su técnica es
disparar y cortar hasta que no se vuelvan a levantar. Con pistolas para
aniquilar a distancia y dos katanas que maneja con maestría vamos a abrirnos paso por decenas de fase plagadas de acción y
víctimas no-muy-inocentes.
Además, con un factor regenerativo similar al de
Lobezno (es capaz de curarse de casi cualquier herida), a nuestro
anti-héroe no le asusta casi nada: le han disparado, acuchillado, quemado... Y aquí sigue dando guerra y contando chistes malos. En el videojuego veremos increíbles accidentes y situaciones que
matarían a cualquier superhéroe, pero que para
Deadpool son solo
contratiempos.
3. Invitados de los X-Men
Al igual que ocurre en la película,
Masacre está integrado en el universo de los
X-Men (en su origen en los cómics, es un mutante que sobrevive al
Proyecto Arma X, donde también están
Logan / Lobezno y
Dientes de Sangre). En el videojuego esto se aprovecha
con cameos de héroes y villanos de la saga, lo que le da un
toque friki muy interesante.
En Deadpool (Masacre) vamos a encontrar a un buen montón de héroes y villanos, destacando un grupo de chicas explosivo: Rogue / Pícara, Psylocke y Dominó, acompañadas por
Lobezno y Cable. Entre los villanos están personajes como
Blockbuster y
Siniestro. En la película pasa un poco lo mismo, y veremos a nuestro
Deadpool haciendo equipo - temporalmente - con héroes como
Coloso.
4. Rompiendo la cuarta pared
La
ruptura de la cuarta pared sucede en el cine cuando un personaje se
sale de su papel y habla directamente con el espectador, al estilo de
Woody Allen. Esto mismo ocurre con el jugador, en el caso de Deadpool (Masacre), ya que
Masacre actúa como héroe de un videojuego, y esto provoca una situación muy divertida y
chocante... Porque parece que
juegan con nosotros. Y nuestro
Wilson es experto en eso, en romper esa barrera para sorprendernos y escandalizarnos.
Precisamente en el videojuego se hila todavía más fino, ya que
Masacre quiere convencer - con amenazas - a los chicos de High Moon Studios de crear el 'videojuego más alucinante de la historia'. La historia ha sido escrita en colaboración con
Daniel Way, guionista del cómic del personaje, y explota la faceta más gamberra de
Wade Wilson... Y creednos, la historia no os dejará indiferente .
5. El único - e irrepetible - 'Mercenario Bocazas'
Si hay algo que hace que los cuatro puntos anteriores funcionen a la perfección es precisamente el héroe que los lleva a cabo,
Deadpool, y cómo derrocha carisma por todos sus poros (deformes y quemados, eso sí). Chulesco, vacilón, sin tomarse a nadie en serio, capaz de la violencia más gratuita... Y al mismo tiempo, un personaje muy humano con el que resulta sencillo encariñarse.
Por si fuera poco, la mejor arma de
Deadpool - al que cariñosamente se conoce como el
Mercenario Bocazas - no son las pistolas o las espadas, ni su cinturón de teleportación, ni siquiera un mega-martillo o un cañón de plasma... Son los
chistes, sus continuas bromas y su ironía y sarcasmo, capaces de poner en ridículo a cualquiera que se ponga delante suya (y, muchas veces, a los que se ponen a su lado). Si creías que
Spider-Man era el rey del vacile, es que no conocías a
Deadpool.