A finales del próximo mes de Febrero de 2007 nos llegará en exclusiva a Xbox 360 la primera obra de los chicos de Real Time Worlds bajo el nombre de Crackdown. En una impresión y tras ver imágenes y vídeos del juego, puede parecer que estamos ante otro “clon” de la franquicia súper-venta creada por Rockstar Games, Grand Theft Auto, aunque no es el caso ya que Crackdown destila suficiente personalidad y estilo propio como para ser considerado una evolución del género en muchos aspectos. Esto se palpa desde los primeros minutos de juego cuando comprobamos la enorme libertad de acción que tenemos, además de movimiento, además de otra gran cantidad de opciones que tendremos a nuestra disposición. Para empezar, controlamos a un agente especial de policía, lo cual ya de por si es una enorme diferencia ya que en la mayor parte de títulos de este género, su protagonista pertenece a una banda de gansters, mafiosos, proxenetas, camellos y demás “perlas” de la sociedad.
La definición de agente especial viene que ni pintada porque, en realidad, nuestro protagonista es un súper-agente con distintos tipos de poderes que deberemos desarrollar durante el juego, como son por ejemplo la fuerza, agilidad y velocidad o su puntería, lo que le dotarán de mucha más libertad variedad de acción y movimientos que cualquiera de nuestros enemigos.
La forma de evolucionar en estas habilidades será básicamente de tres tipos. Por ejemplo, cada vez que acabemos con un enemigo, se nos premiará con la mejora de alguna de nuestras habilidades dependiendo de la forma en la que lo hagamos, es decir, si usamos armas de fuego se mejorará nuestra puntería, o si utilizamos manos, piernas o el lanzamiento de objetos contra los enemigos mejorará será nuestra fuerza bruta. Otra habilidad (quizás la más importante) a mejorar es nuestra agilidad, velocidad y potencia de salto (toda en una), la cual se verá incrementada cada vez que encontremos los denominados orbes de agilidad, de color verde en pantalla que se encuentran repartidos por todo el escenario y más concretamente en puntos altos o encima de los edificios, lo que nos llevará a saltar de uno a otro para poder conseguirlos. También hay esferas de color morado con forma de interrogación escondidas por el escenario que mejorarán un poco todas nuestras habilidades de forma simultánea. Por último, existen eventos repartidos en los que entraremos en una especie de mini-juego, como las carreras por las azoteas o carreras con coches, en los que tendremos que pasar por un número de metas pre-establecidas en un tiempo especificado y que mejorarán nuestra agilidad y habilidad al volante respectivamente.
Con este planteamiento en mente, se va desarrollando el juego con una enorme ciudad compuesta por numerosos edificios, calles, gente y coches pululando por ellas y diversos puntos donde se encuentran los enemigos a eliminar. Los objetivos principales pasan por eliminar estos puntos conflictivos del mapa y a sus jefes que se encuentran en el interior ocultos, de forma que tendremos que entrar y lidiar con una enorme cantidad de enemigos que lo intentarán defender, para lo que tendremos que hacer uso de todas nuestras habilidades hasta conseguir acabar con todos ellos, jefe incluido. A medida que va pasando el tiempo y vamos explorando la ciudad y todas sus partes, nuevos jefes y grupos se irán desvelando pudiendo elegir en cualquier momento al que deseamos hacer una “visita”, con lo que la libertad de acción será mayor que en otros títulos del género, además de poder ir mejorando todas nuestras habilidades por el camino gracias a los orbes que encontramos o a la eliminación de algunos enemigos sueltos que siempre andarán por las calles señalizados con un icono sobre su cabeza que los diferencia del resto de habitantes de la ciudad.
Como vemos, a medida que se profundiza en su desarrollo encontramos muchas más opciones de juego que en la mayoría de los títulos de corte similar. Por ejemplo, la elección de cualquier tipo de vehículo para los desplazamientos es la más natural en estos otros juegos, mientras que en Crackdown, siempre será mucho más divertido ir saltando por entre los edificios, agarrándonos a los salientes y ventanas y mejorando así nuestra agilidad, aunque siempre podremos coger prestado cualquier coche que circule por la ciudad. Eso sí, a medida que esta habilidad aumenta, los saltos serán mucho más altos y con una mayor distancia, lo que llevará a que corramos el peligro de caer desde una altura considerable y perdamos gran parte de nuestra energía, pudiendo perder incluso la vida en el intento, aunque el milagro de la clonación nos lleve al principio sin un solo rasguño y con todas nuestras habilidades intactas. Aquí también encontramos otra gran diferencia con los títulos del género, ya que sus desarrolladores han optado por utilizar el sistema de energía que tantos títulos de hoy en día están implementando, como es el de no necesitar botiquines para rellenar la barra de salud, sino un breve descanso sin disparos para recargar nuestra energía.
Y es que toda la puesta en escena de este título responde más a un planteamiento de mucho más acción que la que estamos acostumbrados dentro del género de mundo abierto, encontrándola, sobretodo, en los enfrentamientos contra las bandas y sus jefes de las distintas zonas además de incluir elementos de mini-juegos en las pruebas a superar de coches y carreras por los tejados. En las fases de acción también habrá distintas posibilidades ya que podremos disparar a nuestros enemigos, objetos y vehículos a sus distintas partes, como la cabeza, brazos y piernas, además del torso, a los enemigos, o parte delantera y trasera a los vehículos, por ejemplo, mediante el uso de la fijación en un enemigo y un pequeño movimiento del stick analógico derecho del mando para seleccionar dicha parte que nos permitirá utilizar menos balas en desarmar a un enemigo (o acabar con su vida). Esta fijación también dependerá de la habilidad de puntería, ya que cuanta más tengamos, más rápidamente se fijará el objetivo.
En resumen, es fácil definir Crackdown como un título que responde a un género distinto al que hasta ahora habíamos visto en ningún formato, aunque sí responde a un desarrollo ya conocido. A diferencia de, por ejemplo, GTA y su definición de juego de acción en tercera persona en un mundo abierto, el juego de Real Time Worlds se plantea más como un beat’em up en tercera persona en un mundo abierto, mucho más dinámico, libre y espectacular gracias al poder de Xbox 360. Por si fuera poco, la increíblemente adictiva inclusión de un modo cooperativo a pantalla partida o vía Xbox Live con otro jugador lleva a Crackdown a estos límites desconocidos dentro de este género. Otro aporte más al cada vez más extenso catálogo de la nueva consola de Microsoft y en castellano, aunque la beta que hemos probado esté en “español neutro”, que suponemos será reemplazado por español antes de la salida del juego en finales de Febrero. Un juego al que no hay que perderle la pista.