Que Infinity Ward no está contenta con el trato que están recibiendo desde dentro de Activision Blizzard es un hecho. Hemos visto varios ejemplos durante los últimos años, con denuncias como la de 2012 en la que Activision recibía una demanda de los dos ex-máximos responsables de la compañía, Jason West y Vince Zampella, por pago de royalties que no habían recibido y que finalmente acabaron consiguiendo tras el juicio. También hemos tenido declaraciones fuera de tono de responsables de Infinity Ward asegurando que algunos de los juegos de la saga CoD no tenían la calidad necesaria, siendo estos los desarrollados específicamente por Treyarch a pesar de tener un buen respaldo por parte del público. La última de estas semandas ha sido en 2020 por parte de Kristina Adelmeyer, una ex empleada de Infinity Ward y Activision Blizzard, que demandó a la empresa por discriminación de género, despido injusto y represalias tras haber trabajado 14 años en la compañía.
Personalmente recuerdo también la presentación en 2019 de Modern Warfare 1 en el E3 de 2019 donde los responsables de Infinity Ward preguntaban a los asistentes por los auténticos fans de Call of Duty, y que ellos definían como los fans de los juegos de Infinity Ward, algo que tampoco gustó demasiado a algunos de los asistentes a los que se veían con cara raras, probablemente por ser fans de los juegos de Sledgehammer, Raven o Treyarch. Con el anuncio de esta tercera entrega del reboot de Modern Warfare, que tampoco será desarrollada íntegramente por la propia Infinity Ward y sí por Sledgehammer Games, máximos responsables de entregas como WWII o el más reciente Vanguard, que se alejan del realismo de Infinity Ward y se acercan al estilo arcade de Treyarch, es algo que a buen seguro no hará demasiado gracia a sus responsables originales. La pasión por el detalle de sus juegos, intentar siempre ir un pasito por delante del resto haciendo algo diferente, y creando algunas de las mejores misiones y entregas de la saga son buenos ejemplos de su buen hacer, aunque obviamente no siempre han tenido la suerte de cara (Infinity Warfare), pero sí que siempre han intentado hacer algo diferente.
Tras todo este lío de los últimos meses por la adquisición de su compañía padre, Activision Blizzard, por parte de Microsoft para que sus juegos sean exclusivos y no lleguen a las consolas PlayStation, y los acuerdos finales por los que estos seguirán llegando al menos durante algunos años más, sabemos que tarde o temprano la saga abandonará a los fans de Sony y sus consolas, aunque tengamos que esperar un buen puñado de ellos para ello (las últimas informaciones oficiales hablan de acuerdos para que COD esté en PlayStation incluso más de diez años). Aún así, Sony tiene margen para crear un juego o saga que sea competencia de estos para que, llegado el momento, puedan contar con una baza para hacerles frente y poder así decirles a sus fans que tienen mejores juegos en sus consolas (o soportes, o nube, o donde puñetas tenga esto lugar). ¿Por qué no pensar en contar con algunos de sus responsables en sus filas, que es algo que también hemos visto en el mercado en muchas ocasiones? Nada mejor que tentar a algunos de sus responsables para que creen algo desde cero, o incluso que repesquen alguna de sus sagas más emblemáticas, Killzone o Resistance, y hagan algo que haga que el fan no eche de menos esta saga cuando ya no esté disponible. De hecho, los que hemos jugado al primero de los Resistance (PS3) vimos algunas fases claramente inspiradas en CoD, así que%u2026 ¿por qué no?