En 1998 se lanzaba al mercado en PC uno de los juegos de rol que más han marcado a toda una generación de jugadores por ser, posiblemente, la representación más fiel de un juego de rol de tablero con las reglas de Dungeons & Dragons que existían hasta entonces, y eso que había muchos en el mercado desde los primeros juegos aparecidos a mediados de los 80. Hemos tenido que esperar 20 años para saber más de esta saga desde que en el 2000 apareciese su secuela que mejoraba en algunos aspectos al original (sobre todo técnicamente) sin llegar a aportar demasiado a nivel jugable con respecto al original. Todavía tendremos que esperar hasta 2021 para poder disfrutar de este Baldur's Gate III en PC y Stadia, siendo uno de los primeros exclusivos que tendrá el soporte de Google y que sí que puede atraer a muchos jugadores a sus redes.
Apartado técnico
Siendo un juego creado por
Larian Studios, creadores de los dos grandes
Divinity: Original Sin y
su secuela, podemos imaginarnos lo que nos vamos a encontrar a nivel jugable, como así hemos podido ver en su presentación no exenta de problemas al ser una versión no demasiado estable, pero ya sabemos cómo funcionan estas cosas (hay que cumplir con el calendario). Y es que gran parte de lo que hemos visto en su presentación nos recuerda sobremanera a los dos anteriores juegos de esta compañía a nivel jugable, si bien a técnico hace gala de una mejora gráfica considerable gracias al uso del nuevo
Divinity 4.0 engine de la compañía con el que, incluso,
se atreven a decir que no sería capaz de hacerlo mover la actual generación de consolas (PS4 y Xbox One), aunque apareciendo en PC sabemos que soportará diferentes resoluciones y niveles de detalle y, además, Divinity 2 acabó apareciendo en Switch, por lo que estamos otra vez en el mismo y viejo debate de si un juego es exactamente igual jugarlo con todo el detalle a full y la máxima resolución que sin ellos.
En cuanto al juego en sí, la demo que vemos corre bajo un PC de última generación, en el que se puede apreciar que el nivel de detalle de los personajes está muy por encima de la inmensa mayoría de juegos que podemos ver actualmente en las consolas de esta generación, sobre todo si nos fijamos en los ojos y lo fotorealistas que parecen. Para algo muy parecido con la iluminación (que hace uso extensivo del RTX, como no podía ser de otra forma) y con las texturas, de una enorme calidad y detalle y a mucha resolución, lo que ayuda a pensar
en todo momento que nos encontramos ante un juego de próxima generación sin lugar a dudas (y que nos apostamos a que también veremos en PS5 y Xbox Series X en un futuro tras su lanzamiento en PC y Stadia). Esto lo vemos principalmente en las escenas cinemáticas en las que hablamos con otros personajes y donde la cámara se acerca para mostrarnos una espectaculares expresiones faciales.
En cuanto a los escenarios en sí, gracias a la calidad de las texturas también se puede decir que están por encima de lo que hemos visto en otros juegos similares como las dos entregas de Divinity: Original Sin, o el hasta el momento último Dragon Age, Inquisition. Muchos detalles en pantalla, diferentes alturas, texturas en UHD o los espectaculares efectos del RTX hacen que el conjunto sea de lo más realista visto hasta ahora y para lo que habría que empezar a plantearse qué clase de PC necesitará para poder disfrutar de algo así. La cámara la podremos mover al gusto alrededor del personaje, acercarla y alejarla como queramos e, incluso, poner una perspectiva superior similar a la de los dos juegos originales aunque no tan lejana, lo cual es ideal para la forma de jugar que vamos a tener.
Jugabilidad
A la hora de jugar nos vamos a encontrar un calco de los anteriores juegos de la saga Dinivity: Original Sin y, de hecho, se parece mucho al principio a la segunda parte por su estructura.
Podríamos definir este Baldur's Gate III como una mezcla entre Divinity: Original Sin II con mejores gráficos y las reglas actualizadas D&D, así como ciertos retoques en los diferentes sistemas de juego. De hecho, las reglas D&D han sido adaptadas en muchas formas diferentes al videojuego ya que según sus propios creadores, tales reglas no funcionan bien en un juego. De esta forma, empezamos el juego creando a nuestro propio personaje con sus propias características, clase, raza y puntos de habilidad, y a medida que vamos avanzando en la aventura iremos conociendo a otros personajes que se unirán (o no, según nuestro interés) al grupo para crear uno compensado a nuestro gusto de hasta cuatro personajes (con opción de juego cooperativo para cuatro como Original Sin 2).
Moveremos a nuestro grupo de forma independiente o en conjunto con pulsaciones del botón en la zona donde queremos ir e iremos viendo cómo el mapa superior se va despejando con el denominado %u201CFoW%u201D, o Niebla de Guerra que se abre conforme exploramos. Esto lo hacemos en tiempo real pero también
podemos activar una pequeña pausa para el movimiento como en los combates de seis segundos que nos permite ciertas cosas, como robar o acercarnos a otros personajes con mayor facilidad. Gran cantidad de objetos y cuerpos en el escenarios que se pueden explorar para recoger lo que hay en ellos y que irá a parar a nuestro inventario como cartas, hechizos, comida, objetos o equipamiento entre otros. La historia se irá desarrollando conforme encontremos a otros personajes con los que conversar con un sistema que ya vimos en el juego original y que se ha utilizado hasta la saciedad en otros juegos similares, como es el de tener diferentes frases con las que vamos averiguando más detalles y con algunas de ellas que tienen repercusión directa en la historia (tanto en su desarrollo como en el comportamiento de los personajes dentro y fuera de nuestro grupo).
Quizás uno de los elementos más interesantes dentro del desarrollo esté en la tirada de dados, algo fundamental en las reglas de D&D y que en Baldur's Gate III se hace un uso intensivo. Y es que
para muchas acciones tendremos que realizar una tirada de dados para conocer nuestro destino, bien sea en conversaciones con ciertos personajes (y saber si lo convencemos o no), o bien en el sistema de combate. Algunas de estas tiradas no las veremos en pantalla como en el sigilo, donde tendremos que aprovechar las zonas de sombra del escenario para pasar más desapercibidos que en las de sol y donde una tirada de un D20 se producirá para saber si nos ven o no. En otras acciones sí que veremos el dado como en ciertos diálogos donde un enorme dado aparece en el centro y veremos cual es el número que tenemos que conseguir y el dado mostrando el resultado.
También podemos crear un campamento donde dormir y descansar, y esto puede hacerse en cualquier momento siempre que no estemos amenazados por ningún enemigo. En ellos veremos escenas cinemáticas con conversaciones entre los personajes que afianzarán sus relaciones o las quebrarán más incluso. También podremos hablar con nosotros mismos, lo que nos sirve para recordar conversaciones, saber nuestros próximos movimientos o averiguar más de la historia.
De momento, la versión que hemos visto es la de PC, y esto se puede apreciar en el vídeo por ver el ratón moverse en diferentes direcciones y en la zona inferior de la pantalla con el ya clásico menú de opciones donde se reflejan las acciones de cada uno de los protagonistas cuando estamos explorando y con las diferentes acciones de combate cuando estamos en batalla. Cuando veamos la versión para consolas (primero Stadia), el HUD debe cambiar ligeramente para mostrar opciones más accesibles para ser controladas con un pad y sus botones como ocurrió en los anteriores juegos de la compañía.
Sistema de combate
Quizás éste sea el punto más conflictivo de la presentación que tuvo lugar del juego, y es que el sistema de combate ha cambiado con respecto a anteriores entregas, lo cual era obvio viendo juegos anteriores de la compañía aunque muchos esperaban poder disfrutar de un sistema más tradicional. En Baldur%u2019s Gate I y II, los jugadores ponían en pausa el juego (con el Espacio) y daban órdenes a sus personajes, atacar, moverse, hechizos, uso de objetos... Una vez realizado la parte táctica, veíamos cómo cada personaje hacía su cometido quitando la pausa para poder volver a activarla siempre que fuese necesaria para reajustar o dar nuevas órdenes.
En Baldur's Gate III se utiliza un sistema muy muy parecido a Divinity: Original Sins 2, es decir, un combate táctico por turnos donde podremos mover al grupo en conjunto (como novedad) o a cada miembro de forma individual mientras tenemos el turno para ver cómo hacen lo propio los enemigos cuando les toca. Hay muchas más novedades con respecto a Divinity, como por ejemplo que además de tener los Puntos de Acción (PA) a disposición de cada personaje que podemos usar para movernos, realizar acciones o atacar por cada turno, también contamos con otro indicador denominado Puntos de Bonus (BP) también para cada jugador que son necesarios para ciertas acciones como consumir ciertas pociones y realizar ciertos movimientos o ataques.
Ahora el combate es mucho más interactivo y permite muchas más acciones. Podremos afectar a ciertas superficies o cavar en ellas para tener un punto de ventaja con respecto al enemigo, lanzar cualquier objeto dentro del inventario cuya distancia y daño dependerá de su peso o incluso subir por unas escaleras y después destruirlas para evitar que nos sigan. También podremos usar objetos del escenario a nuestro favor, moverlos o incluso utilizarlos como barrera o incluso escaleras si los apilamos debidamente.
Las tiradas de dados que mencionamos antes también tienen lugar en el sistema de combate en múltiples acciones. Una de las más interesantes está en la muerte de los personajes, y que hará que cuando uno de los nuestros caiga no habrá muerto de primeras, sino que
en cada turno tendrá una tirada de datos para saber si se queda tumbado, se levanta o si muere definitivamente, lo que nos permite intentar curarlo antes de que esto ocurra solventando uno de los problemas que en Original Sin ocurría en exceso con la muerte de estos (muy a menudo al ser un juego difícil).