Por lo que hemos podido probar, sus creadores están intentando atraer a un público más amplio con el lanzamiento de Odyssey en muchos aspectos, ya que el juego a nivel de desarrollo es realmente similar a Origins, incluyendo su sistema de combate, pero añadiéndole un buen puñado de elementos de juegos MMORPG para que otro público distinto también se sienta atraido. Lo que hemos visto nos gusta, pero también nos gustan las entregas anteriores y los MMORPG, así que tampoco es que seamos muy neutrales.
Por ejemplo, a la hora de mejorar a nuestro personaje contamos con un pequeño árbol que iremos desbloqueando conforme subimos de nivel y que nos permite configurar qué habilidades vamos a usar en cada momento, algo que mola bastante a la hora de personalizar nuestra experiencia de juego (la que configuremos aparece en la parte inferior izquierda y se activa con los botones del mando y la pulsación de los botones de hombro). Los niveles de los personajes o la estructura de misiones también ha cambiado ligeramente para permitirnos más libertad a la hora de explorar el mapeado al que tenemos acceso, asemejándolo más a los MMORPG pero sin ser demasiado intrusivo (de hecho, esta libertad suele funcionar bien con casi cualquier género). El conjunto global es como si estuviésemos jugando a un Assassin\'s Creed 1.5 que se juega igual pero en el que se tiene más libertad y más opciones de personalización, lo cual no está nada mal.
Técnicamente es una verdadera maravilla. Como no podía ser de otra forma, lo probamos en una Xbox One X a 4K a 60FPS y la calidad en las texturas, modelos de los personajes, animaciones, iluminación o escenarios eran de lo mejor que hemos visto en un videojuego a día de hoy; muy espectaculares. Mención especial para los efectos del agua del mar, las olas o cómo rompen en los barcos y que también están a la altura de las circunstancias.
Un trabajo espectacular el de Ubisoft.