Alan Wake era, hasta ahora, uno de esos juegos de los que los usuarios de Xbox podían presumir de disfrutar y que el público de PlayStation no. El buen hacer de Microsoft con Xbox 360 consiguió que un buen puñado de compañías, entre ellas Remedy Entertainment, se alinearan con sus intereses y produjesen varios títulos exclusivos de esos que llamamos vendeconsolas, y que suelen atraer a un buen puñado de público a su plataforma. Dos de esos juegos fueron Alan Wake para Xbox 360 y Quantum Break para Xbox One, ambos con resultados muy dispares en cuanto a crítica, público, y ventas, ya que el primero de ellos consiguió colocar en el mercado cerca de los cuatro millones de unidades, mientras que el segundo se estima que no llega al millón (también por el número de unidades vendidas de esta consola).

Cuando la compañía anunciaba su siguiente juego, Control, muchas eran las sorpresas cuando se comprobó que el juego era anunciado para Xbox One y PC, pero también para PS4, rompiendo así el acuerdo de exclusividad que Remedy Entertainment mantenía con Microsoft desde principios de 2010. Ninguna de las partes dijeron nada al respecto, pero la entrada de 505 Games como publicadora dejaba muy a las claras que Remedy quería tomar un camino muy diferente al que, hasta ese momento, habían llegado a tomar. Esta compañía publicadora, 505, tiene fama de ser muy laxa a la hora de meterse en la producción de los juegos. Por si hay alguien un poco perdido, recordar que toda compañía publicadora suele tener, como mínimo, un productor dentro del desarrollo de los juegos, y que acuerda el rumbo de su desarrollo con el productor de la compañía desarrolladora. En ocasiones (parece que muchas), las disputas entre ambos productores suelen dar a enfados por ambas partes, generalmente por la discusión que se tiene entre la parte creativa (productor de la compañía desarrolladora) y la parte económica y de ventas (productor de la publicadora). Mientras que uno de ellos quiere seguir haciendo el juego que tiene en mente, el otro quiere imponer las ideas de cómo funciona el mercado para que se haga algo más acorde al público al que va dirigido, y esto último es lo que parece que ha llevó al desacuerdo entre ambas compañías en este caso, Remedy y Microsoft.

La propia Remedy ha llegado a reconocer que su visión creativa era diferente a la visión que tenían en Microsoft, y esto sin contar que el reparto de los beneficios de sus productos tampoco parece que fuese el que más les beneficiaban. Con Control, el primero de los juegos de Remedy con 505 Games, no solo estaban más contentos con el reparto de beneficios (más equitativo, según sus propias palabras), sino que también lo estaban con la parte creativa, argumentando además que la publicadora permitía muchas de las ideas que tenían y que, literalmente, no se metían tanto en la parte creativa del producto, lo que obviamente era un mensaje indirecto (o completamente directo) a la publicadora con la que hasta ese momento habían estado trabajando, es decir, Microsoft. Éste es uno de los motivos por los que Xbox One no ha sido la consola que sus fans demandaban, y por la enorme excased de juegos de calidad que han tenido, que ha hecho (e hizo) que muchos de los fans de Xbox 360 acabaran con la consola de la competencia.

Probablemente (y ahora toca especular) la idea que Microsoft tuvo con su Xbox One de crear un centro multimedia en lugar de una consolas de videojuegos, con el que se pudiera jugar y ver películas y series, siendo el periférico que lo unificase todo, le ha acabado pasando factura a esta generación, y también fuese el motivo por el que Remedy tuvo que hacer algo híbrido entre juego y serie de televisión, creando un producto tan complejo que la inmensa mayoría de sus jugadores no se sintiesen interesados ni tan siquiera en probar. Pero también hay que decir que Microsoft ha aprendido de algunos de sus errores, y en este caso, con esta nueva generación (Xbox Series) han dado por completo el control creativo a sus compañías, es decir, ha pasado de un extremo al otro del espectro. Probablemente ninguna de las dos visiones sea la más correcta, ya que casi nunca los extremos son buenos. La visión comercial es una parte importante del desarrollo de un producto, y puede también saber si un juego puede llegar a atraer al público, o incluso cuales son los pasos a dar para que esto ocurra, sin inmiscuirse demasiado en su desarrollo. Probablemente no mucha gente estará de acuerdo con esto, argumentando que a los artistas hay que dejarlos trabajar y crear, pero como se suele decir en estos casos, el artista también tiene que pagar facturas, y a veces está tan metido en el proceso creativo que no sabe lo que debe hacer, lo que gusta, cómo funciona el mercado, o incluso una mínima guía de los siguientes pasos a seguir en un desarrollo, algo que se suele dar (especialmente) en los desarrolladores más novatos.