Análisis Immortal: Unchained - El soulsbourne de ciencia ficción con disparos desde lejos

Los chicos de Toadman Interactive nos ofrecen un juego nacido de la inspiración en las sagas "Souls", así que estamos ante un título de dificultad bastante elevada, con secretos que descubrir, caminos que desbloquear y temibles jefes finales. El problema es que a pesar de las buenas intenciones está muy lejos de los juegos en los que se inspira, no llegando a su épica, jugabilidad o diversión.

Cuando jugamos tenemos la sensación de que estamos ante una versión barata de una gran idea. Los amantes y expertos en el genero encontrarán todos los elementos habituales a los que están acostumbrados y ciertos aspectos que intentan hacerlo destacar del resto, pero que no acaba de funcionar del todo, como el sistema de combate con armas a distancia. La duración a pesar de ser elevada, unas 20 horas, tampoco llega a lo que suelen ofrecer los otros títulos.

El control de nuestro personaje está bastante bien ajustado, algo tremendamente necesario en este tipo de juegos donde una reacción tardía nos puede llevar a la muerte. La gestión del inventario es bastante más simple a lo que estamos acostumbrados y para nuestra sorpresa negativa, no hay equipamiento de armadura, sino una suerte de tótems que tenemos que encontrar que nos van proporcionando mejoras.

La jugabilidad está orientada claramente al combate a distancia, teniendo a nuestra disposición diferentes tipos de armas con ataques bien diferenciados, quedando el ataque cuerpo a cuerpo relegado a un último recurso. El problema es que se hace poco divertido y repetitivo el disparar de lejos todo el rato a los enemigos perdiendo la esencia de reto el combate. No disponemos de opciones online, así que estaremos solos en esta aventura, sin poder colaborar con nadie, que nos invadan o simplemente consejos como en Dark Souls.

Immortal nos ofrece un futuro distópico, con estética que nos recuerda a la película Hellraiser, que nos ofrece unos mundos apocalípticos llenos de muertos vivientes equipados con alta tecnología, rompiendo así con la clásica estética medieval. La historia sin ser nada del otro mundo, por lo menos se nos cuenta de forma que se puede seguir, sin necesidad de ir a foros a ver alguien nos explica que leches ha pasado.

La principal novedad que ofrece a nivel jugable es el gran peso que se le ha dado al ataque a distancia, cambiando la forma de jugar a este tipo de juegos ya que ahora el ataque cuerpo a cuerpo queda relegado a algo casi testimonial. El diseño de los enemigos finales si que nos ha gustado mucho, con imponentes armaduras, armas ataques devastadores. Para derrotarlos deberemos aprender muy bien sus patrones de ataque. El resto de elementos siguen lo que ya hemos visto en otros juegos. Secretos ocultos, atajos que desbloquear y trampas que nos esperan juntos con un buen número de enemigos capaces de matarnos de un par de golpes.

Sin duda el talón de Aquiles del título es el apartado técnico, visualmente parece un juego de comienzos de la generación anterior. Al bajísimo nivel gráfico se le suman unos movimientos erráticos, sobre todo en los ataques cuerpo a cuerpo. Efectos de generación de enemigos delante de nuestros ojos porque hemos corrido mucho y al juego no le ha dado tiempo a pintarlos o plantas que crecen a nuestro paso deslucen de por si un resultado final bastante mediocre.

Los enemigos por lo general se lanzarán a por nosotros de frente, sin ninguna táctica y si nos escondemos detrás de una pared tampoco harán mucho por flanquearnos. Tan solo los de ataque cuerpo a cuerpo vendrán a por nosotros, ya que de otra forma los aniquilaremos de lejos sin problemas. El aspecto sonoro cumple, aunque no tenemos doblaje al castellano, teniendo que conformarnos con subtítulos en español. Cierto es que durante las escenas estáticas que cuentan la historia(no hay nada generado con el motor del juego, por algo será) tenemos melodías bastante buenas.