Análisis Fire Emblem Engage: Rol Táctico con novedades que sientan como anillo al dedo

Terminar Fire Emblem: Engage nos llevará en torno a las cuarenta horas de juego simplemente para terminar la aventura principal, siguiendo los pasos del Dragon Divino, sus aliados y los poderosos Emblemas que representan a las estrellas de la saga. Por supuesto hay mucho más para los que quieran profundizar, ya que ahondando en las relaciones entre personajes y explotando las afinidades y habilidades es fácil superar las 60 horas, y si queremos exprimirlo todo al 100% no es difícil que lleguemos a las 80, una duración sobresaliente para un RPG táctico que además permite distintas configuraciones de unidades y multitud de estrategias...

Por supuesto, la dificultad adaptable (y las muertes permanentes de las unidades, que pueden ser solo temporales) se combinan a la perfección con un nuevo elemento que nos permite retroceder turnos, haciendo una fórmula muy flexible y adaptable a casi cualquier tipo de jugadores. Los recién llegados a la saga o aquellos que quieran centrarse más en la historia pueden hacerlo a baja dificultad y sin tensiones, mientras que los veteranos encontrarán toda una prueba de habilidad en determinados mapas. Esto ayuda a que el juego enganche de principio a fin, y podamos disfrutar de su excelente diseño y renovadas mecánicas.

Fire Emblem: Engage vuelve a apostar por la fórmula estrella de la franquicia, el rol táctico de cuadrícula en el que tenemos que disponer a nuestras tropas, aprovecharnos de las debilidades y fortalezas de cada una de ellas, y conseguir cumplir diferentes objetivos. Por supuesto, la novedad más llamativa es la presencia de varios héroes de otras entregas de la saga como acompañantes que nos prestan su poder (multiplicando el daño de nuestros ataques), y que incluso pueden fusionarse temporalmente con nosotros para conseguir héroes mucho más fuertes... Pero los turnos de esta fusión son limitados, así que tendremos que saber cuándo utilizarlos.

El apartado jugable se ve enriquecido por muchos otros pequeños detalles: las habilidades especiales de los héroes fusionados (que destruyen unidades directamente, incluso a gran distancia), skills pasivos de algunos de nuestros aliados, los apoyos durante la batalla (o como defensa), una piedra del tiempo que nos permite retroceder turnos y probar distintas estrategias (ideal para partidas largas)... De esta forma la mayor fortaleza del título es lo jugable que resulta, siendo además accesible para cualquier tipo de jugador mínimamente interesado en el género.

Sin duda, uno de los puntos más polémicos de Fire Emblem: Engage es lo original o innovador que resulta, ya que al fin y al cabo uno de los ejes fundamentales del título es el homenaje a otros títulos y personajes de diferentes capítulos de toda la franquicia. Sin embargo, esto ha sabido hacerse de una forma muy autocontenida, y aunque es una parte básica de la trama no es necesario haber jugado a títulos concretos para disfrutar plenamente de la aventura; los guiños, conversaciones y versiones fusión están ahí para disfrutarlos, pero no excluyen a nadie ni ensombrecen para nada una historia muy solvente, que si bien no es la mejor de la saga nos ha convencido, y no desmerece para nada lo visto en las últimas entregas.

Valorando ya las novedades en sí, Engage es brillante a nivel jugable, gracias a los distintos elementos tácticos renovados (como los anillos y las fusiones), una dificultad perfectamente adaptable y mecánicas como el retroceso del tiempo o las habiliades pasivas de distintas unidades que cambian - y mucho - el desarrollo de cada escaramuza. Incluso dentro de una franquicia con más de una docena de entregas, hablamos de una entrega que brilla con luz propia.

A nivel visual, Fire Emblem: Engage es toda una sorpresa después de años y años en los que el apartado gráfico se había dejado en un segundo plano; el modelado de personajes, las secuencias animadas, las conversaciones, los escenarios explorables... Todo se muestra ahora de una forma mucho más espectacular y detallada, con animaciones de batalla mejor realizadas y una gran puesta en escena. Por supuesto, el toque manga y el genial diseño de personajes - en especial, las fusiones entre héroes antiguos y nuevos - son otro importante aliciente, y ayudan a que este Fire Emblem sea el más espectacular de la saga, sin excusas; eso sí, ojo porque para ello se ha tenido que sacrificar el framerate a 30FPS (bastante sólidos), y la resolución en portátil ronda los 720P (y los 1080P en modo sobremesa).

La banda sonora es una estupenda obra coral de Yasuhisa Baba, Kazuki Komai, Hiroki Morishita, Takeru Kanazaki, Fumihiro Isobe y Takafumi Wada (este último un tanto desaparecido del mundo de los videojuegos desde Monster Hunter Generations, más metido en su carrera en la animación). El resultado son una gran variedad de temas de altísima calidad ideales para cualquier situación, pero especialmente brillantes en las batallas. Además, nos llega con textos en castellanos y opción para disfrutar del doblaje original japonés o el inglés.