Doom análisis - El rey de los FPS pasilleros sigue estando en muy buena forma

Bethesda se está acostumbrando a darnos excelentes experiencias en FPS para un jugador (Wolfenstein: The New Order, por ejemplo) en los shooters que produce, y obviamente id Software (la compañía desarrolladora) no es nada mala haciendo esto después de ser los verdaderos creadores del género (no fueron los primeros, pero sí los que definieron el género). Hablamos de un juego que cuenta con doce niveles para el modo campaña, y cada uno de ellos tiene una media de una hora de duración (hacen 12 horas en el modo campaña), aunque algunos niveles son incluso más largos. Una vez terminado el juego, desbloquearemos dos niveles de dificultad más, y podremos volver a jugar más difícil y buscar todos esos secretos que no hemos descubierto. Por ello, tendremos juego para rato, y realmente será difícil que nos aburramos, ya que en cada misión del modo campaña tendremos algo nuevo y distinto que hacer, desde matar a algún enemigo nuevo que no habíamos visto hasta ese momento, a jugar a un juego de plataformas, o incluso jugar a niveles de bonus que nos darán extras para nuestro personaje, todo ello pasando cada vez por un escenario realmente bien diseñado, algo que no siempre es fácil de encontrar en los shooters de hoy en día.

Como decimos, DOOM está muy bien diseñado en su modo campaña, y quizás si se le hubiese dedicado el mismo tiempo a su modo multijugador hubiese sido un juego casi perfecto a nivel de diversión. Ya hemos dicho que el multiplayer no es malo, cuenta con teletransportadores, zonas de lava y tóxicas, grandes demonios en los que podemos convertirnos, nueve mapas desde el lanzamiento, mucha sangre y visceras y muchos entornos diferentes, pero si que no acaba de cuajar del todo. Es de esos tipos de juego que no a todos les gusta. Hace 20 años (se dice pronto), solo existía este tipo de modo de juego, y o te gustaba o no jugabas al multijugador porque no había alternativas y pasabas de él, pero hoy en día existen muchísimas posibilidades. Sin embargo, DOOM ha optado por intentar crear algo parecido a lo que había en los 90 en multiplayer, y lo que ha creado no está mal, es divertido, y cuenta con un gran editor de niveles, lo que hace que las posibilidades sean casi ilimitadas. Sin embargo, todo lo que haremos será correr por pasillos, girar y disparar, sin estrategia, y sin nada más que hacer, ni juego de equipo ni nada. Le falta algo para ser perfecto.

El sistema de control es relativamente sencillo. Quizás, un ligero cambio en los botones no le hubiese sentado demasiado mal, ya que ni el botón de las granadas está donde están en otros juegos, ni cambiar las armas es demasiado cómodo hasta que te acostumbras, e incluso tiene un botón para la sierra mecánica exclusivo que se usará poquísimo. Esto unido a que el multijugador, a pesar de su completo editor de mapas y sus modos de juego, no es todo lo que podría haber sido, y que no es un multijugador para el público de hoy en día (que está acostumbrado a los modos de juego de Battlefield o Call of Duty). Es divertido, y los e-sports lo utilizarán muchísimo, pero el resto de jugadores solo jugarán unas cuantas partidas hasta hacerse con otro juego. Sin embargo, el modo campaña sorprende tan gratamente y está lleno de posibilidades. Niveles enormes, cada uno de ellos con distintas cosas que hacer, explorar, buscar objetos que usar y mejoras para nuestras armas mientras tenemos que acabar con todos los demonios y sus portales, todo ello mientras buscamos los secretos repartidos por todos los mapas (y que a la primera no encontraremos). Son tantas las posibilidades del modo campaña, y tantas las posibles evoluciones que podremos conseguir de nuestro personaje, que no echa en falta un mejor multijugador.

¡Ojo! Como decimos, el multijugador no es nada malo, y tiene muchas posibilidades, pero está claro que no es el típico multijugador para todo el mundo, a pesar de ser mucho más frenético incluso que CoD. Eso sí, es tan pasillero y vertiginoso que la estrategia está fuera de todo planteamiento, y ganará el que más reflejos y más rápido sea, que aunque pueda parecer que es así en todos los juegos, la puntería no será un factor clave (en la mayoría de los casos). También hubiese estado bien contar con algún tipo de modo cooperativo. Hay que tener en cuenta que los dos Doom originales de los años 90 contaban con cooperativo para cuatro jugadores, y es una lástima que por tener la calidad gráfica y velocidad que tienen, no tengamos algo a pantalla partida, pero sí que podría ser online. No todo puede ser bueno.

No es que Doom 4 pueda presumir de revolucionar el género, tampoco de evolucionarlo, ni de ofrecer tampoco una gran cantidad de elementos que no se hayan visto hasta ahora. Es más, prácticamente se puede decir que todo lo que veremos en este juego, ya se ha visto en otros juegos. Eso sí, no se parece a Doom 3, ya que sus creadores han intentado que se pareciese más a los dos Doom originales, y hablamos de juegos de los años 90, con casi 25 años desde su creación, y lo han conseguido. Puede que no haya tantos enemigos en pantalla, pero con la tecnología de hoy en día sería imposible sin reducir la calidad gráfica, pero es que no le hace falta. Vemos a los demonios comportarse como no habíamos visto en ningún otro juego antes, la selección de armas están muy bien creada (el poder seleccionar entre dos configuraciones de armas una vez la hemos evolucionado tiene su gracia) o incluso el encontrar ciertos drones que huirán de nosotros y que nos servirán para mejorar al personaje es bastante original.
Como siempre decimos, juegos como Doom ya hay muchos, pero ni PS4 ni Xbox One tienen nada parecido, por lo que llegan primero y eso hay que premiarlo.

Aún así, el desarrollo de cada fase, el diseño de los escenarios y enemigos, o algunas cosas que tendremos que hacer en el modo campaña dan buena cuenta del tiempo invertido en su diseño. Obviamente, la historia no puede ser más clásica y manida, y por supuesto tampoco encontraremos nada que nos llame especialmente la atención por ser algo nunca visto. Lo que sí consiguen es que te olvides de todo eso y que nos centremos en divertirnos, e intentar acabar con las hordas de demonios. Eso sí, si dentro de un par de años hay un DOOM 2, deberán mejorar mucho.

Unos entornos maravillosos, perfectamente recreados, con un nivel de detalle absolutamente genial, lleno de colores, texturas y formas, y con un movimiento rápido y fluído que ya quisieran para si la mayoría de los juegos de esta generación. En ninguna de las tres versiones (PC, Xbox One o PS4) se nota ninguna bajada de frames o ralentización, y prácticamente la calidad gráfica es idéntica. Obviamente, con una aceleradora gráfica en PC de última generación podremos conseguir una mayor tasa de imágenes por segundo, pero en consola no notaremos diferencia entre ambas versiones. También merece la pena destacar la IA de los enemigos y su forma de comportarse, ya que veremos como los más grandes con mayor armamento van a por nosotros de cabeza (y son los más peligrosos), mientras que los más pequeños se mueven con agilidad, disparan de lado, escalan para atacarnos desde arriba o huir de nosotros.

Quizás, lo único achacable son los enormes tiempos de carga de cada nivel, o incluso alguna pequeña tardanza en la carga de las texturas al inicial cada nivel, que hace que se vean borrosas y sin detalles durante unos segundos, algo que no afecta nada a la jugabilidad ni a su calidad, pero que obviamente afea un poco el resultado final. Esto es debido principalmente al engine utilizado para crear el juego, el id Tech 6, que utiliza la tecnología similar a la versión anterior (Wolfenstein: The New Order o Rage), y que por cargar unas texturas enormes en memoria tenía este feo efecto en ocasiones.

Obviamente, no hablamos de que un juego como Doom 4 tenga unos gráficos comparables a los mejores juegos de esta generación, como Uncharted 4, pero la belleza de los escenarios en interiores, o el mismísimo infierno repleto de demonios y gran calidad en texturas y modelados, hace que casi pueda estar a la altura (decimos casi, porque algunos están un poco vacíos, pero no mucho). Para acabar con el apartado técnico, el doblaje al español es sobresaliente también, algo a lo que nos está acostumbrando Bethesda, y aunque no sea necesario, es muy de agradecer encontrar todas las voces, textos y diálogos de personajes en perfecto castellano.