Un juego de 1997 que ha sido remasterizado como la mayoría de juegos que vemos a día de hoy, es decir, intentando que su aspecto técnico sea el más similar posible al original en monitores y TVs actuales.
Siempre he pensado que hacer estas apuestas tan similares a los originales en las remasterizaciones es una verdadera lástima, ya que con muy poco se puede conseguir grandes cosas, y no hablo de hacer poligonales a los enemigos u objetos, sino de rehacerlos para que no tengan esos píxeles, mejorar un poco las texturas, añadir algunos efectos de luces más allá de los suavizados de texturas que vemos en esta versión y cosas por el estilo. El original de 1997 era innovador, ya que fue el primer DOOM cuyos escenarios estaban hechos completamente en 3D con texturas, aunque para intentar mostrar la misma cantidad de enemigos en pantalla sus creadores optaron por ponerlos en 2D como los DOOM originales, consiguiendo una jugabilidad similar con una calidad gráfica superior.
Nosotros hemos jugado a la versión para Xbox One,y la verdad es que a pesar de que va realmente rápido y fluido en ocasiones tironea y se queda parado, como si leyese una parte de disco duro, haciéndolo molesto o incluso peligroso por poder pasar delante de una horda de demonios y acabar con más agujeros que un colador. No pasa mucho afortunadamente y el juego se mueve realmente bien, se controla excelente y su música es realmente buena a pesar de que Nintendo 64 no brillaba en este aspecto por no contar con un chip de sonido dedicado (uno de sus muchos problemas).