Desde que arranca presentando la trama como un episodio de
dimensión desconocida, queda muy claro que
Catherine es un juego único en el catálogo de PS3 y Xbox 360;
Atlus ha apostado por algo completamente nuevo
uniendo elementos de aventura conversacional con un juego de puzles realmente original, y la historia no se queda atrás; aunque hay elementos sobrenaturales, su base es sorprendentemente real. Nos metemos en la piel de
Vincent, un joven acomodado que tiene una larga relación con
Katherine, y que se está agobiando porque ella quiere avanzar. En mitad de esta
crisis aparece la explosiva
Catherine, una sensual rubia que va buscando ser una
canita al aire para nuestro
héroe... Pero nuestra conciencia nos reconcome, y no sabemos si por eso
cada noche nos esperan unas terribles pesadillas, en las que medio transformados en carneros tenemos que subir una misteriosa torre para seguir con vida.
Así, cada noche
vincent tiene que sobrevivir a una serie de
puzles de escalada; moviendo bloques tiene que ir ascendiendo por torres cada vez más complejas, donde además van apareciendo nuevos elementos. La mecánica básica es
trepar y empujar bloques formando escaleras (que se quedan sostenidas mientras sus esquinas estén en contacto con otros bloques), y poco a poco la
fórmula se va exprimiendo con distintos tipos de bloque o porque
nos esperan sanguinarios jefes, que nos darán más de una sorpresa (y algún susto). Tras las quejas de los jugadores nipones por la dificultad
ahora podemos deshacer movimientos pulsando select, lo que nos evitará más de un disgusto por algún
fallo tonto.
Mientras avanza la historia
nosotros iremos tomando decisiones - aunque la base de la historia está fijada, no tenemos auténtica libertad para crear/evitar acontecimientos - y hablando con distintos personajes en el bar, o mandando mensajes a través de nuestro móvil, lo que irá
cambiando a
Vincent y nos llevará a uno de los
8 finales.
Para nosotros, el mayor reclamo del juego ha sido
vivir la historia, que se desarrolla de una forma muy ingeniosa, ya que
Vincent no sabe nada de lo que está pasando, y lo vamos descubriendo junto a él (incluso podremos adelantarnos a sus deducciones). De la misma forma
los personajes secundarios, que tratan con nosotros de día en la parte más aventurera del juego
acaban siendo muy entrañables y se les toma cariño a todos. Cuesta hacerle daño a
Catherine o tratar mal a nuestros amigos, igual que resulta sorprendentemente sencillo ser
malo cuando estamos superando puzles y podemos
acabar con otros humanos (convertidos en carneros) que también están escalando las torres. Hasta la conclusión final (y las inolvidables últimas fases) el juego consigue
mantenernos pegados al mando, siempre que disfrutemos también de los desafiantes puzles.
Una vez terminemos la aventura, tenemos
varios ganchos para que Catherine no salga de nuestra consola:
- Los finales alternativos. Conseguir los 8 requiere al menos 3 iteraciones completas y cambiar de decisiones en el último tramo.
- Exprimir la recreativa
Rapunzel que está en el bar, con una mecánica de juego similar al modo principal, pero con los movimientos del personaje limitados. Hay 64 niveles iniciales y otros 64 desbloqueables.
- El modo
Babel, nuevos puzles con zonas creadas aleatoriamente que siempre resultan un desafío. En
Babel podemos jugar cooperativamente con otro jugador (aunque sólo de forma local).
- El modo Versus, en el que podemos competir con otro jugador para ver quién llega primero arriba (o quién llega arriba, simplemente).
Si queremos
desbloquear todos los logros/trofeos podemos prepararnos para más de 50 horas de juego fácilmente, todo un regalo
si nos engancha la mecánica de puzles del juego; también hay que resaltar, para los fans de la historia,
que una vez consigamos oro en un nivel concreto podremos saltarlo, y así ahorrarnos tener que repetirlo en otra partida.