Análisis Bioshock Infinite - PS3, Xbox 360 y PC

Hay muchos elementos que hacen que Bioshock Infinite sea uno de los mejores juegos de los últimos años. No es el juego perfecto, pero se le parece bastante gracias sobre todo a su desarrollo, historia y su forma de contarla o algunos de los enemigos más duros que encontraremos en un videojuego a día de hoy, superando incluso a los famosos big daddy de las dos primeras entregas, Bioshock 1 y 2.

Ante todo hay que definirlo como un FPS "con historia", es decir, la mayoría de los juegos de acción en primera persona, o no tienen una buena historia o esta se nos cuenta en forma de animaciones antes y después de la acción, mientras que en Bioshock Infinite se nos narra a medida que vamos jugando. Por ejemplo, la primera media hora de juego no pegaremos ni un solo tiro mientras exploramos la maravillosa ciudad flotante de Columbia mientras vamos escuchando lo que sus habitantes tienen que decirnos, explorando el entorno y metiéndonos en el papel.



Desde el primer momento, lo que más llama la atención es la cantidad de elementos originales que encontramos, incluso si hemos jugado a los anteriores Bioshock. Y es que la compañía responsable del juego, Irrational Games ha sabido crearlos de forma imaginativa y no vista hasta ahora en ningún videojuego, como los carriles que tantas veces hemos visto en vídeos e imágenes y que nos permitirán engancharnos para movernos de un sitio a otro, así como luchar contra los enemigos de una forma innovadora. Los enemigos tampoco se quedan atrás, ya que hasta los más normales son duros de roer y habrá que dispararles más veces de la cuenta para acabar con ellos, y eso si no contamos con los dos más duros del juego, los patriotas y los handy-man, a los que hay que abatir con una estrategia precisa mientras vamos acabando con el resto.

Por supuesto, otro de los elementos llamativos después de la primera hora de juego tiene que ver con la compañera del protagonista, Booker DeWitt. Nos referimos a Elisabeth, a la que tras rescatar nos acompañará y ayudará gracias a una inteligencia artificial muy conseguida que hará que nos suministre botiquines (salud), sales (poder mágico) o munición durante los combates cuando los necesitemos (aunque no siempre), así como indicarnos donde hay objetos útiles (ganzúas, monedas, alimentos,...) andando cerca de ellos mientras exploramos el entorno o incluso recogiéndolos y dándonoslos. También será la encargada de narrar gran parte de la historia mediante conversaciones con Booker en momentos puntuales, sin parar en ningún momento el juego ni la acción, haciendo más dinámico el desarrollo.



Ya habíamos visto compañeros no jugadores similares en otros juegos tanto de este género como de otros, como por ejemplo en The Legend of Zelda Ocarina of Time de Nintendo 64 (con Navi) y más recientemente con el perro de Fable II y III en Xbox 360 (también en otros shooters en los que nos proporcionan munición y botiquines, por ejemplo), aunque en Bioshock Infinite la labor de nuestra compañera es mucho más completa y está mucho mejor realizada, hasta el punto de creer que la inteligencia artificial de Elisabeth podría llegar a ser el punto de inflexión en el tratamiento de la IA aliada para futuros videojuegos. Tampoco es que sea perfecta, ya que a veces la vemos comportarse de forma extraña (no muere, no es atacada por los enemigos ni hace cosas que el jugador no puede hacer), pero desde luego, éste es el camino a seguir.

Elisabeth entra de lleno en el desarrollo de la aventura - incluso en el sistema de combate - gracias a otro de esos elementos innovadores que ya hemos comentado y que recibe el nombre de desgarros. Estos son objetos, armas o elementos que están en, digamos, otra dimensión y que Beth puede traernos a la nuestra, pero aunque en cada zona hay varios solo podremos traernos uno en cada momento. En ciertas zonas tendremos la opción de combatir contra enemigos trayendo armas, elementos de cobertura, cajas de botiquines, nuestros propios patriotas aliados o incluso charcos de agua que nos servirá para electrificar a nuestros enemigos, y tendremos que decidir cual de ellos queremos que ella nos traiga a nuestro plano.

La forma de controlar a Booker, el protagonista, es muy similar a la de otros shooters, con lo que los aficionados a este tipo de juegos se sentirán "como en casa" desde el primer momento. Movimientos, el disparo con el gatillo derecho, agacharse o apuntar se hacen exactamente igual que en otros juegos. Además si hemos jugado a alguno de los dos Bioshock anteriores también veremos heredados de él, y hasta estos se pueden considerar originales. Estos poderes se activan con el gatillo izquierdo y son similares a los plásmidos de los anteriores Bioshock, aunque sean distintos (no hay enjambre de abejas por ejemplo, pero sí hay cuervos...). Algunos son tan originales como el poder del agua, con el que podremos atraer enemigos que están lejos y dejarlos suspendidos en el aire delante nuestra o golpearlos y expulsarlos lejos para tirarlos por precipicios.



Como hemos dicho, hay muchos y muy buenos elementos en Bioshock Infinite que lo convierten en un gran juego, pero también hemos dicho que no es un juego perfecto, y esto es debido a detalles que no nos han gustado demasiado. El más destacable es el hecho de estar ante un juego de acción y encontrar muchos minutos seguidos en los que no pasará nada, ni siquiera un solo tiro. Eso también lo hemos visto en otros juegos como, por ejemplo, Half Life 2 (la primera media hora llena de tensión, persecuciones, huidas,...), pero tirarse media hora explorando, cogiendo monedas y manzanas del suelo y mirando el paisaje llega a cansar pasados los primeros minutos.

Otro elemento que no deberíamos perdonar es el hecho de no contar con un modo multijugador ni cooperativo. Está claro que hay juegos que no lo necesitan (como éste o Tomb Raider, por ejemplo), pero a pesar de ser bastante rejugable una vez finalizado (para conseguir todos los cofres, puertas y grabaciones), no tiene una duración excesiva (unas 12 horas) , y la única esperanza es que lleguen las descargas de pago anunciadas antes de la salida del juego (algo que tampoco nos hace gracia, saber que compramos un juego que no está completo).

Por último, comentar otros dos elementos que están relacionados entre si. Y es que el desarrollo en esta ocasión se ha centrado sobre todo en los combates (aparte de la exploración y búsqueda de objetos ocultos), y no contamos con otros elementos como los que tenía Bioshock 1 y 2, por ejemplo la posibilidad de hackear torretas. Este mini-puzle hacía mucho más ameno explorar los entornos, además de facilitarnos el enfrentamiento con los enemigos. En Bioshock Infinite podemos "poseer" una torreta y hacerla aliada nuestra, pero sólo durante unos segundos, lo que resulta un incordio sobre todo al principio del juego. Y decimos al principio del juego porque el comienzo del juego (las primeras horas) es sumamente lento, casi no podemos comprar mejoras para nuestro equipo por la escasez de dinero, ni abrir todas las puertas por la falta de ganzúas y, sin embargo, según avanzamos hay dinero, equipamiento y ganzúas de sobra por todas partes.



El apartado técnico es una maravilla en casi todos los sentidos. Irrational Games ha decidido crear una enorme ciudad flotante plagada de detalles utilizando un estilo gráfico que no llega a ser cell-shadding, pero que parece muy desenfadado, casi rayando lo infantil (a pesar de ser un juego muy violento y lleno de sangre). Tanto en interiores como en exteriores, el juego está a gran altura, y no hemos apreciado ninguna ralentización ni fallo o glitche en ninguna parte, lo que de por si es un gran logro teniendo en cuenta los intensos combates que realizamos y toda la física e inteligencia artificial que se muestra. También hay que decir que está doblado y traducido al castellano, con un doblaje excelente, nada artificial y con las entonaciones correctas en cada momento, de verdad nos ha encantado.

La única pega que podríamos nombrar en cuanto al apartado técnico sería que aunque el aspecto le viene muy bien, tiene una contrapartida y es que hay escenarios, objetos e incluso caras en las que todo parece demasiado simple y no ofrece todo el detalle que debería y si lo comparamos con otros juegos del género se queda un poco por detrás (Crysis, Killzone, Battlefield,...). Creemos que el estilo gráfico ha sido elegido a posta, pero aún así se nota que entre la IA y la física se lleva gran parte del potencial de las máquinas actuales.

En resumen, Bioshock Infinite es un enorme juego, lleno de posibilidades, elementos innovadores, un apartado técnico fantástico con una IA aliada y enemiga de lo mejor visto en un videojuego y, sobre todo, una historia inmersiva que nos atrapará hasta el final. Sus poquísimos puntos débiles le privan de ser el juego perfecto, pero hay que mirarlo por el lado bueno, y es que así tendremos mejoras sustanciales tanto en las próximas descargas como en próximas entregas de la franquicia Bioshock.

La historia nos enganchará desde el primer momento, y a medida que mejoramos a nuestro personaje nos sentiremos verdaderos superhéroes, a pesar de que el juego empieza muy lento y, quizás, demasiado difícil para los no aficionados al género de los FPS. Hay zonas demasiado vacía en las que ni siquiera tendremos que disparar, algunas de ellas quizás demasiado grandes.

Más de 10 horas de juego (si exploramos todo, bastante más), y una enorme posibilidad a la hora de enfrentarse a los enemigos gracias a la cantidad de armas y poderes que el protagonista, Booker, tendrá a su disposición. Es rejugable porque muy probablemente no consigamos todos los secretos del juego en la primera pasada y volveremos a buscarlos una y otra vez. La contrapartida sería no contar con un multijugador ni cooperativo, así como un desarrollo basado demasiado en los enfrentamientos con los enemigos sin nada más que hacer en cada escenario que explorarlo y matar todo lo que se mueva.

Absolutamente todo. Es una maravilla ver como se puede innovar en un juego si necesidad de más potencia en las consolas. Simplemente hace falta tener imaginación y ganas de hacer las cosas bien para hacer un juego diferente, con un sistema de lucha distinto, e incluso rescatando y revisando elementos ya vistos en los Bioshock anteriores. Hay que seguir el ejemplo de cómo innovar en un videojuego de Irrational Games, ya que en todo momento mientras estamos jugando pensamos que no hemos nada parecido, y además está muy bien hecho. Felicidades.

Fabulosa ambientación y un estilo gráfico original y muy cuidado que nos mostrará una ciudad flotante nunca vista antes en un videojuego. Su aspecto quizás demasiado infantil recuerda a dibujos de antiguas estampas de entre los años 1910 y 1930, donde está ambientado el juego, lo que es una maravilla, pero hace que no esté a la altura de los grandes del género sobre todo en ciertos detalles y objetos (principalmente por haber utilizado gran parte de la potencia de las máquinas en la excelente IA y la física del juego). Está totalmente localizado al español con un doblaje excelente.