Análisis Atelier Ayesha - PS3

Terminar la aventura de Ayesha nos llevará alrededor de las 25 horas, divididas en 3 años de juego; un detalle que no nos ha gustado es que ahora no estimamos bien la duración de las misiones porque no hay indicaciones de las mismas, así que resulta más complicado valorar y más fácil pasarse de tiempo en algunas... Y es necesario cumplir ciertos requisitos si queremos llegar al final bueno. El punto positivo es que la rejugabilidad es más alta gracias a esta duración promedia, y una segunda vuelta puede ser más divertida.

Aunque la saga Atelier siempre ha sido un compendio equilibrado de exploración/combates/síntesis, en este Ayesha se nota que el punto más cuidado ha sido el del combate, lo que lo convierte (a nuestros ojos) en el título más divertido de la saga, dado que el resto de elementos tampoco se han descuidado. La idea de poder sorprender ahora a nuestros enemigos por la espalda, o de mover a los personajes en distintas zonas del campo de la batalla es genial. También nos gusta que se hayan simplificado determinados elementos de la síntesis, aunque el método de ensayo/error sigue siendo fundamental para aprender.

Más que revolucionar la saga Atelier, Ayesha supone un interesante relanzamiento de la franquicia, puliendo algunas de sus estrías para conseguir una experiencia más fluida... Por ejemplo, ahora vamos a encontrar muchas menos idas y venidas al pueblo principal, o más facilidad para sintetizar. Eso sí, también hay elementos que no nos han terminado de convencer, como que siga estando el plazo temporal pero se hayan eliminado las estimaciones de las misiones. Las novedades más celebradas, las del sistema de combate.

Aunque gráficamente no sea el mejor cel-shading que hemos podido ver en esta generación, Ayesha puede presumir de tener una excelente dirección artística, unas bellísimas ilustraciones, cuidadísimo diseño y mucha atención a los detallitos, y supone un pequeño salto dentro de su saga. La banda sonora es estupenda y muy fluida, aunque en este apartado no podemos pasar por alto la falta de las voces originales japonesas (algo que los fans de los JRPGs valoramos especialmente). Nos llega sin traducción.