En su momento, considerábamos a
Oblivion (la anterior entrega de esta saga) como uno de los mejores juegos de esta generación de consolas, no solo de rol si no en todos los aspectos, y este Skyrim va un pasito más allá en gráficos, sonido (y además
perfectamente doblado al castellano, cosa muy de agradecer), historia, ambientación y libertad para el jugador. Para los que hayáis jugado a
Oblivion, deciros que desde el primer momento estaréis familiarizados con el control, el sistema de juego y las opciones, y si pasasteis unas cuantas horas con él notaréis un buen puñado de pequeñas mejoras y cambios en muchos sistemas.
Por ejemplo, el sistema de combate ahora es algo más flexible gracias a que podremos usar ambas manos simultáneamente, lo que ha hecho que cambien varias cosas. Por ejemplo, muchos de los hechizos ahora están pensados para ser lanzados dejando el botón pulsado, como el de curación, con lo que podremos estar lanzando bolas de fuego con una mano y curándonos constantemente con la otra. Ocurre lo mismo con los guerreros, ya que podremos estar cubriéndonos con un escudo con una mano, soltarlo y atacar con la otra, o directamente sin soltarlo activar el botón de ataque, con lo que atacaremos con el escudo. También podremos tener un hechizo en una mano (curación por ejemplo) y un arma en la otra y así cualquier combinación que se os ocurra.
En cuanto a la historia y desarrollo, el juego sigue la misma pauta que en anteriores entregas. Se nos presenta un mundo con total libertad de acción y movimientos y una historia principal que se nos narra en base a ir realizando misiones que se van enlazando entre sí y almacenando, así como infinitas misiones secundarias que iremos encontrando leyendo libros, hablando con otros personajes o entrando en las cientos de ruinas que descubriendo según exploramos.
Para llevar su control tendremos un par de puntos negativos ya que contamos con un diario donde se van almacenando pero que no nos muestra cual es el orden a seguir.
Esto otorga mucha más libertad al jugador, quizás demasiada ya que en ocasiones no sabremos qué hacer a continuación o si podemos o no hacerlo en ese momento. Además, en Oblivion podíamos leer perfectamente cuál había sido nuestro desarrollo por cada misión al mostrarnos un pequeño resumen de la misma hasta el momento, cosa que ha desaparecido aquí, por lo que si eres de los que no juegan muy seguidos (o tienes mala memoria), puedes tener un problema para seguir algunas de ellas.
Las misiones ahora son, por regla general, bastante más largas y complejas que antes, lo cual las hace más interesantes, y en contraposición han perdido algo de la imaginación que nos encandiló en TESIV. También ha desaparecido otra cosa que no nos ha gustado demasiado que es los enfrentamientos con enemigos del mismo nivel en todo momento, es decir, ahora los enemigos son los que son por todo el escenario y no evolucionarán con nosotros (antes había ratas si teníamos el nivel 1 y pumas con nivel 15?) Para hacer el juego más divertido, se ha optado por crear un sistema de armas y protección básico que nos hará poder tener muy pocas armas y armaduras a nuestra disposición que podremos mejorar pero que se queda bastante escaso si lo comparamos con otros
RPGs. Eso sí, no han desaparecido los súper-enemigos en algunas zonas, o en su defecto, aquellos cuya estrategia desconocemos para vencer y que averiguaremos hablando con personajes o leyendo libros (y aprendiendo algunas habilidades).
Un buen ejemplo de
súper-enemigo se encuentra en la piedra angular del juego,
los dragones, a los que deberemos derrotar para poder adquirir así su alma y poder aumentar nuestros poderes (básicamente, hechizos realizados con otro botón y que podremos mejorar). En ocasiones nos ayudarán en esta ardua batalla algunos NPC o incluso podremos contratar mercenarios a nuestras órdenes, pero en la mayoría de los casos tendremos que enfrentarnos a ellos solitos.
A nivel técnico también ha dado un salto importante, posiblemente lo que más ha mejorado con respecto a
Oblivion. Para empezar, los paisajes han aumentado el nivel de detalle considerablemente, y ahora podremos ver una enorme cantidad de ramas, árboles o plantas (que podremos recolectar para crear nuestras pócimas). Personalmente me gustaban más los frondosos bosques de
The Elder Scrolls IV que los yermos y nevados escenarios de Skyrim, pero hay que reconocer que la mejora ha sido considerable. Los interiores también han evolucionado mucho, con mucho más detalle en las paredes, cuevas, ruinas, torres, fuertes y demás lugares que podremos visitar, mostrándose mucho más vistosos y con mayor detalle. De la misma forma, los personajes presentan un aspecto y animaciones mejorados así como sus rostros que quizás no están a la altura de otros juegos, pero rinden a un altísimo nivel.
Tampoco podemos dejar pasar por alto otro de los elementos más destacables en el apartado técnico como es la inteligencia artificial. Gracias a él podremos ver gran cantidad de detalles, como por ejemplo el comportamiento de todos los habitantes de Skyrim o sus rituales diarios, pero también podremos presenciar detalles tan alucinantes como ver a dos enemigos nuestros atacarse y matarse entre sí, facilitándonos la labor en muchas ocasiones (un gigante contra un dragón siempre es digno de ver).
Por último reseñar el interfaz del usuario que también ha variado. A parte del diario de las misiones, contaremos con un mapa que podremos ver a nivel global y en detalle (mucho más de cerca), una lista de hechizos y otra con los objetos que podremos utilizar. Este sistema también ha cambiado con respecto a
TES4 y, a nuestro parecer, lo hace menos intuitivo y vistoso, aunque acaba acostumbrándose uno a su uso. Como punto negativo, decir que ha desaparecido el menú de accesos rápidos que nos permitía asignar objetos, armas y hechizos para usarlos con una sola pulsación de botón (con analógico) lo que hace que tengamos que poner en pausa el juego para entrar en el menú cada vez que queramos hacer algo.